“No me corto un pelo en vestirme como me gusta a mí”, dice Rosa Díez en El Mundo. “Me da igual si a los demás les gusta o no, ya he demostrado a lo largo de mi vida que defiendo lo que creo y me dedico a cosas bastante difíciles como para importarme lo que piensan los demás de cómo voy vestida o peinada. Me la refanfinfla”.
La líder de UPyD, cuya madre era modista, rechaza toda crítica que se pueda hacer al respecto porque “preocuparte por tu aspecto es un gesto de respeto hacia el otro”, y que aún así “dedico muchísimo menos tiempo a ello que otros”. Dice, por eso, que a ella el carisma de Rajoy o Zapatero no le interesa. “No me interesa, sólo lo que son como políticos”, dice tajante. Además, ninguno de los dos es un modelo en este punto. “Son perfectamente previsibles”.
Díez, que no alquila un piso en Madrid sino que pasa las noches en un hotel, dice que no lo hace “porque estoy todo el día trabajando”, y “al hotel sólo voy a dormir tres noches a la semana”. “Si llego a las 22 horas, es más cómodo no pensar en lavar las toallas”, ironiza.
No obstante, la entrevista en LOC deriva hacia temas más polémicos, como el nacionalismo vasco. Díez defiende a la sociedad vasca, a la que considera “muy moderna. Pero hay dentro de ella personas más conservadoras que otras. Eso tiene que ver con el desarrollo intelectual, con un poso ideológico. Hay quien añora el pasado, una sociedad tribal a la que ya no pertenecemos. Eso ideologiza en nostalgia de la Prehistoria. Ibarretxe ya lo decía al defender su plan”. Díez considera por ello que “el nacionalismo es una ideología, la necesidad de vivir en el pasado y algo que frena el desarrollo de un país”.
La líder de UPyD también aborda temas familiares y reflexiona sobre la educación de los hijos en un país como España. Asegura que como madre “los padres no pueden ser amigos de sus hijos. Ejercer de padre conlleva una responsabilidad que no la tiene los amigos. Tenemos que marcar, ayudar y eso no significa que les quieras menos”.
Además, preguntada por LOC de El Mundo sobre si Esperanza Aguirre sería una buena contrincante política, dice Díez que “no soy contrincante de nadie. A mí no me interesa con quién compito, sino la gente a la que tengo que explicar por qué merece la pena que nos dé su confianza. Yo pienso en esto en positivo, no se trata de competir con Aguirre, Rajoy o Zapatero”.
Díez dice, en definitiva, que no echa de menos a los socialistas, y que con Zapatero, con el que se enfrentó por la secretaría general del partido, cree que hay una relación de “mutuo respeto” aunque nunca llegaron a tener amistad. Además, remata, “los que eran mis amigos siguen siéndolo”.