Según Requero, hay que evitar "la salida de personas potencialmente peligrosas que ni se han arrepentido ni parece que vayan a reconducir su vida a la normalidad". En este sentido, Requero señaló que el problema es "qué hacer con ese tipo de delincuentes", pero, en su opinión, el tema que ha suscitado la polémica de la cadena perpetua, es decir, el caso de Marta del Castillo, "no tiene una especial relación y no debería ser pretexto" para suscitar el debate. A su juicio, "ahí se está hablando de la finalidad de las penas".
Así, recordó que las condenas tienen varias finalidades, como son "el castigo, la rehabilitación y la protección de la sociedad porque el delincuente pude causar daños a sus semejantes". Además, indicó, que también tienen una finalidad de aviso para que quien cometa ese hecho delictivo sepa que va a sufrir la misma pena.
En concreto, apuntó que en el tema de 'el Rafita', el asesino de la joven getafense Sandra Palo, "habría que plantearse hasta qué punto toda la legislación de menores no ha cumplido en este caso las finalidades previstas en la ley" y añadió que "si esa persona queda totalmente descontrolada, se habrá hecho un ley muy buena pero no se habrán puesto los medios para que sea eficaz".
Requero reiteró que el debate debe plantearse sobre qué hacer con esos delincuentes que "no parecen estar rehabilitados, mucho menos arrepentidos, que acaban saliendo y vuelven a delinquir" y señaló que es una cuestión que debe ser contemplada "con serenidad y sensatez", sin permitir que una persona que plantee un endurecimiento de las penas, quede ya "estigmatizada como de extrema derecha".