El escenario y el momento político eran perfectos –rodeado de mujeres trabajadoras, muchas de ellas madres, en una fábrica de biotecnología que se declara abiertamente a favor de la maternidad y sólo un día después de que centenares de miles de personas se manifestaran contra la nueva ley del aborto- pero Mariano Rajoy evitó, una vez más, tirarse a la piscina y anunciar si llevará o no la derogación de la polémica norma en su programa electoral de cara a las elecciones generales.
El líder del PP deja así en evidencia a su portavoz en el Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, que tan sólo 24 horas antes se mostraba confiado de que su partido tumbaría la norma una vez llegara a La Moncloa. También se refirió en términos parecidos la coordinadora de Política Social de la formación, Ana Pastor, quien se encontraba con Rajoy en el momento de su “no anuncio” y no sabía muy bien dónde meterse.
Y es que, según el presidente de los populares, “no va a hacer falta” que su partido prometa nada porque espera que el Tribunal Constitucional declare inviables los cambios introducidos por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero cuando estudie el recurso que van a presentar los populares.
Durante la visita a una empresa de biotecnología en Fuenlabrada (Madrid) con motivo del Día de la Mujer Trabajadora, Rajoy añadió que desea que el Alto Tribunal actué con este asunto “como ha hecho en alguna otra ocasión” sobre el aborto, en referencia a una sentencia de la década de los 80 en la que el TC reconocía el derecho de la vida del nasciturus.
A lo que no ha hecho referencia el presidente del PP ha sido a la marea humana que el domingo recorrió las calles del centro de Madrid, así como las principales ciudades de España, a favor de la derogación de la ley. Un silencio que se suma al bajísimo perfil que se le dio a la cita por parte de la dirección nacional del partido. Sólo Jaime Mayor Oreja y la vicealcaldesa de la capital, Ana Botella, acudieron a la marcha junto a otros eurodiputados, diputados y senadores.
La cúpula del PP, mientras tanto, se encontraba en Toledo, donde Mariano Rajoy clausuraba un acto de Nuevas Generaciones en el que ensalzaban la figura de su presidente, Nacho Uriarte, quien en fechas cercanas tuvo un accidente de tráfico por conducir bajo los efectos del alcohol.