La polémica empezó a crecer después de que en noviembre del pasado año se terminase una pequeña obra que solucionó los destrozos causados por un atentado del Grapo en 1999. Al finalizar las reparaciones y tras pedir permiso para reabrir el conjunto (actualmente sólo está abierto para oficiar una misa al día) Patrimonio Nacional denegó ese permiso con la "excusa", según lo califican fuentes de la Basílica, de unas humedades que tiene el templo.
Sin embargo, siempre según el reportaje de La Gaceta, estas mismas fuentes aseguran que "durante 35 años" esas mismas humedades no han merecido ninguna atención por parte de Patrimonio Nacional, que ahora ha filtrado que podrían afectar a la estructura del edificio, algo que no creen los monjes: "Son defectos motivados por la falta de mantenimiento", aseguran.
"Quieren cerrarlo como sea"
Los propios monjes de la comunidad en el Valle afirman, según La Gaceta, que sin víctimas de un constante acoso cuya finalidad es el cierre definitivo de todo el conjunto, construido tras la Guerra Civil por orden de Franco y en el que reposan los restos del propio dictador y de Primo de Rivera.
Así, personal religioso ha afirmado al periódico del Grupo Intereconomía que "las connotaciones especiales de este lugar lo convierten en una presa absoluta" y que la intención del Gobierno es "cerrar el Valle de los Caídos como sea". No en vano se trata de "un Gobierno que se ha propuesto retirar los crucifijos de los colegios, y más crucifijo que el del Valle no existe en España".