Con su estilo mordaz e irreverente, el escritor Arturo Pérez Reverte critica duramente a la clase política a raíz de la ley de memoria histórica, también atacada por el autor de la saga del capitán Alatriste. En esta ocasión, el escrito de su blog va destinado al diputado catalán de ICV Joan Herrera aunque "podía haberla facturado cualquier otro individuo de los que frecuentan el garito".
Incluso afirma que éstos son los que "alguna vez encuentro en la rotonda o los restaurantes del Palace- yo pago allí con mi dinero, y ellos también pagan con el mío y con el de ustedes". Y antes de entrar en materia se permite una crítica más: “España debe ser el único país de Europa, o de por ahí cerca, donde para sentarse en las Cortes no hace falta tener ni un bachillerato".
El escrito de Reverte sobre Herrera se remonta a una petición del parlamentario, que semanas atrás exigió en el Congreso el cambio de nombre de la base Alfonso XIII de Melilla porque, según él, con la nueva ley de memoria histórica "supone una exaltación franquista". El catalán parecía obviar que el monarca dejó España con la llegada de la II República.
El Gobierno le contestó aunque no le abroncó por su desconocimiento y le recordó cuando dejó de gobernar el abuelo del Rey Juan Carlos. "Dicho en bonito venía a significar que el diputado Herrera se había tirado un planchazo de órdago" y se había liado más “que el tobillo de un romano”, afirmó el escritor y columnista.
Herrera no se disculpó por su grave error. "Se dio por satisfecho, y con la solemne impavidez del tonto, supongo, miró al soslayo, fuese al bar y no hubo nada. Quede claro de todas formas, diría su gesto seguro y la sonrisilla satisfecha, que aquí mis votantes y yo no dejaremos pasar ni una. Faltaría más. A esa puta y facha España", indicó Pérez Reverte refiriéndose a Herrera.
Sin embargo, cree que lo de Alfonso XIII es más que una anécdota. A su juicio, "delata caudales de rancia estupidez nacional, aliada con ignorancia y oportunismo político". Y es que su critica va más allá y considera que “individuos que hacen preguntas como ésa, indigentes intelectuales de semejante calibre, votan leyes y deciden" el futuro de España y el de varias generaciones.
Por ello, recordó que aprovechando la respuesta a Herrera se debía haber indicado a los vigilantes de la playa, y compañía, que Franco fue un dictador culpable de muchas cosas; pero que España es un lugar complicado y viejo, con tres mil años de verdadera memoria histórica, donde antes de la Guerra Civil, fecha a la que aquí se remite toda referencia y clave de nuestros males, ocurrieron otras cosas".
Utilizando su típica ironía, el académico instruye a políticos como Herrera y todos los que alaban la polémica Ley de Memoria Histórica como solución a los problemas de España: "aunque despachara a moros y cristianos, el Cid no era franquista. Ni Cervantes, aunque escribió en castellano. Tampoco los Reyes Católicos, que expulsaron a los judíos", indica para añadir: "y la bandera de España, pásmense todos, no la impuso Franco en 1936, sino Carlos III”.
Para acabar su escrito hace una recomendación a los políticos y les dice que "todo esto está en los libros de Historia, explicado muy clarito. Los hay de bolsillos, baratos" concluye.