La llamada inmersión lingüística que, traducido, consiste en una persecución y arrinconamiento del español, ha sido una de las principales políticas del tripartito al frente de la Generalidad. Y para despedirse del poder, José Montilla ha dado la puntilla al castellano en la educación.
El diario ABC cuenta como la Generalidad ha aprobado un decreto que ofrece a los institutos catalanes la posibilidad de impartir el bachillerato en francés, uniéndose así a la posibilidad de hacerlo en catalán. En castellano no se puede.
A pesar de la oposición de los profesores, el decreto recoge que los alumnos podrán elegir el bachillerato en catalán o en francés, y de este modo los alumnos que optasen por esta última posibilidad podrían ampliar sus estudios en Francia sin tener que homologar esta etapa de estudios.
Fuentes de la Consejería de Educación consultadas por el diario de Vocento aseguran que esta iniciativa "está pensado para estudiantes que tienen algún vínculo con el país vecino. A todos ellos les ofrecemos la opción de obtener el título de bachillerato francés y después si regresan a su país es perfectamente compatible".