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Marcelino Iglesias concluye su reflexión: "No es un trasvase"

El presidente del Gobierno de Aragón, el socialista Marcelino Iglesias, no ha esperado al resultado de los estudios que encargó para llegar a la conclusión que lo de Barcelona "no es un trasvase". Según dijo este viernes, le han asegurado que aunque el agua provenga del Ebro, "no se toca la cuenca".

L D (EFE) Así se pronunció el jefe del Ejecutivo autonómico al ser preguntado por el decreto ley de medidas excepcionales que hoy aprobó el Gobierno central, que regula la conducción "urgente" de agua del Ebro desde Tarragona hasta Barcelona. Iglesias insistió en que este proyecto no tiene "afecciones" en la cuenca del Ebro puesto que lo que establece es la distribución de "los caudales de cuatro metros cúbicos por segundo que estaban asignados desde 1981", y que, por tanto, son excedentes de "concesiones internas" de los regantes.

Insistió en que los problemas de abastecimiento a Barcelona, por tanto, "se resuelven fuera de la cuenca del Ebro" y recalcó que "no se incrementan dotaciones a las cuencas de Cataluña". Por ello estimó que no es "necesario" reunir al Consejo de la Cuenca ni nada. La solución, además, es "puntual, de emergencia y para agua de boca", mientras que auguró que Barcelona verá resuelto su problema cuando se ponga en marcha la desaladora del Prat.

Por otro lado, Iglesias recordó que los presidentes populares de la Comunidad Valenciana y de Murcia, Francisco Camps y Ramón Luis Valcárcel, han apoyado esta solución para el área de Barcelona, aunque lo hayan hecho para volver a sacar a la luz "el viejo planteamiento" del trasvase del Ebro del Plan Hidrológico Nacional del popular José María Aznar, ya derogado. "Ellos reivindican un trasvase del que nosotros no somos partidarios", un proyecto que, recordó, pretendía transferir desde el Ebro a Barcelona, Valencia, Murcia y Almería 1.050 hectómetros cúbicos.

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