Dos semanas depués de que Albert Vilalta, Roque Pascual y Alicia Gámez fueran secuestrados al noroeste de Mauritania, aún se desconoce su paradero, y los temores por un terrible desenlace aumentan por momentos.
ABC ha consultado a diversos expertos internacionales, después de que Al Qaeda en el Magreb Islámico reivindicase el secuestro. Según estos testimonios todo apunta a que la facción responsable es la más activa de todas dentro de la organización terrorista.
Según France Presse, los cooperantes estarían en manos de la rama más activa de la banda, que lidera Abú Zeib, la misma banda que mantiene retenido al también cooperante Pierre Camatte, francés secuestrado cuatro días antes que los españoles.
Las preocupaciones aumentan cuando se repasa el historial del grupo de Zeib: ellos asesinaron al primer turista británico Edwin Dyer, que fue secuestrado junto a dos suizos y una alemana, cuando iba desde Níger a Malí tras asistir a un festival de cultura Tuareg.
En ese momento, la inteligencia británica no tomó en serio las amenzas de Al Qaeda, que pedía la liberación del imán radical Abu Qutada. Londres se mantuvo firme, y no negoció con los terroristas, pero Dyer fue asesinado.
Estados Unidos también ha dado la voz de alarma a España, sobre la situación de los cooperantes: "Las cosas se están poniendo muy feas", afirma una fuente del Departamento de Estado consultada por ABC.
Recuerdan que los atentados de Nuakchot en los últimos meses, así como el ataque suicida contra la Embajada de Francia, el asesinato a tiros de un profesor estadounidense, y una larga nómina de crímenes que ponen sobreaviso de la peligrosa deriva del terrorismo en Mauritania.