En mayo de 2006, en pleno "alto el fuego" de ETA y justo cuando se conocían detalles de las negociaciones del Gobierno con los terroristas, sale a la luz la "Operación Karlos" de fraude a la Seguridad Social, que se saldó con 28 detenciones. El asunto no hubiera despertado ni el más mínimo interés en la sociedad si no fuera porque entre los arrestados se encontraba María José Campanario, mujer de Jesulín de Ubrique. Las televisiones y sus programas del corazón llenaron horas y horas de sus espacios con esta noticia.
Un año después, el tres de mayo de 2007, el mismo día en que la Fiscalía anunciaba que no iba a solicitar la nulidad de todas las listas de ANV, ésta daba su visto bueno para que otra clásica de las revistas del corazón y de los programas de cotilleos, una de las mujeres más mediáticas de España, fuera detenida en su casa y conducida en plena noche a la comisaría de Policía por su presunta relación con la "Operación Malaya": Isabel Pantoja. La cosa no podía tener más morbo.
Y por su puesto el famosísimo caso Gürtel, que afecta de lleno al PP: la cacería del juez Garzón, que ordenó las detenciones, con el por aquel entonces ministro de Justicia, Bermejo, y el policía ascendido ahora por Rubalcaba. Hay que señalar que los inicios del caso y su filtración a la prensa por entregas coincidían además con la campaña de las elecciones vascas y gallegas.
Otros asuntos que han afectado de lleno al PP y que se han tratado de la manera más mediática y sin reparar en despliegue de efectivos y medios han sido la detención del alcalde de Alhaurín el Grande, Juan Martín Serón, acusado de prevaricación y cohecho y el arresto de Ripoll. La espectacular detención del primero se produjo después de que éste hubiera comido con Mariano Rajoy. Finalmente la querella fue archivada.
Más reciente fue la detención del presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll. El arresto del dirigente popular se produjo la semana previa al decisivo Debate sobre el estado de la nación, en el que Mariano Rajoy reclamó por primera vez elecciones anticipadas al presidente del Gobierno. En opinión del PP, con este arresto, marcado por un impresionante despliegue policial, el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba quiso que Rajoy "se viera forzado a dar explicaciones sobre este asunto" quedando su discurso en el decisivo debate en un segundo plano. Sin embargo, "les salió el tiro por la culata" porque quien tuvo que dar la cara fue el titular de Interior ante "un despliegue policial tan exagerado para nada".
Y ahora, dos días después del batacazo de Zapatero en las primarias del PSOE de Madrid y un día después de un nuevo dato demoledor sobre el paro, se ha producido otra operación anticorrupción en un ayuntamiento del PP, el de Murcia. Desde el PP se insiste en que "estamos en un Estado Policial". Ya lo dijo María Dolores de Cospedal en rueda de prensa cuando previó una "negra" precampaña electoral marcada por la utilización de la Fiscalía y de la Policía por parte del Ministerio del Interior. En este marco sitúan la nueva operación desarrollada en Murcia, y que tachan de "maniobra de distracción".
Estas detenciones, en algunos casos, han quedado en nada porque el acusado ha resultado absuelto. En otros, obviamente no y los detenidos son culpables de los delitos de los que se les acusaba o bien hay pruebas suficientes contra ellos y están en prisión a la espera de ser juzgados.
Pero en cualquier caso, las detenciones han coincidido con momentos cruciales para el Ejecutivo, en la que su imagen se deterioraba y en momentos en los que era necesario que pasaran desapercibidas ciertas cuestiones que afectaban de lleno al Gobierno de Zapatero.