(Libertad Digital) La Xunta quiere que los niños aprendan gallego antes incluso de que sepan hablar. Tal y como dice La Razón, las "galescolas" se han convertido en una pesadilla para muchos desde que el BNG se percatara de que la "mejor cantera" para la lengua gallega son los niños: ahora, los niños de 0 a 3 años tomarán el biberón de la mañana al ritmo del Himno gallego.
El proyecto del Consorcio gallego de Servicios de Igualdad y Bienestar, promovido y presidido por el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, está regido por ex altos cargos del propio BNG. Éste se ofrece como un sistema de "colaboración entre iguales" dirigido a conseguir la "conciliación de la vida familiar y la laboral". De ese modo, se presentaban a los gallegos unas escuelas que, sin embargo, empiezan ahora a tener problemas debido a la confrontación de competencias.
Hasta ahora, los ayuntamientos dirigían los servicios sociales, según La Razón, y era la Xunta la que estaba obligada a transferir las ayudas. Pero la creación del Consorcio busca controlar y gestionar las "galescolas", de tal manera que si un consistorio no se adhiere a dicha sociedad ve mermadas sus subvenciones o se queda sin ellas.
El proyecto ha sido contestado confuerza por algunos municipios, asegura La Razón. Acusan a Quintana de utilizar métodos casi "mafiosos" para conseguir la integración de todos los ayuntamientos gallegos al Consorcio. De ese modo, la "imposición" o "coacción" tiene más rasgos claros.
Desde el PP de Galicia, la Portavoz de Asuntos Sociales, Susana López Abella, acusa a Quintana de querer "asfixiar" económicamente a las escuelas municipales, y así lograr que cierren o se integren. Si no lo hacen, les acosan con inspecciones o disminuyen las ayudas de la Xunta destinadas a las escuelas (incluso cuando provienen de la UE). "Esta entidad se escapa al control parlamentario y en 2009 administrará 100 millones de euros", denuncia López Abella.
"Los contratos y todo lo gestiona el Consorcio, los consistorios son meros convidados de piedra", critica a su vez Celso Rodríguez, concejal de Terras Galegas en La Guardia, Pontevedra. De ese modo, según La Razón, Ayuntamientos como los de Sober, Borborás o Arbo, que en 2006 recibieron 26.000, 18.000 y 20.380 euros para guarderías, en 2007 vieron reducidas sus ayudas en un 37 por ciento.
Ahora, Galicia posee una red de 79 "galescolas" con 3.900 plazas, de las cuales sólo 23 son de nueva creación y 15 de ellas ya estaban comprometidas con los ayuntamientos por el Gobierno gallego del PP. El resto eran guarderías municipales que fueron absorbidas por la sociedad creada por Quintana.
Según un estudio de López Abella "cada plaza de "galescolas" cuesta el doble que las gestionadas por municipios": si las primeras tiene un coste de 2.500 euros, las segundas ven multiplicado su coste hasta los 5.000, según La Razón. La clara intención subyacente es ideologizar a los niños, siguiendo el modelo vasco o catalán. "No sé si lo que quieren es galleguizar o crear al nuevo hombre gallego", dice el concejal de La Guardia.
Como recuerda La Razón, Galicia Bilingüe ya advirtió de que obligar a un niño a cambiar su lengua materna por otra "puede producir perjuicios psicológicos y empujarles al fracaso escolar".