Miembros del Grupo VII de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Andalucía Occidental, dedicados a investigar el Mediano Tráfico de sustancias estupefacientes, defendieron este jueves la inocencia de su compañero Sergio O., en libertad con cargos por su presunta vinculación con una red de narcotraficantes, y criticaron el "acoso y derribo" sufrido tras participar en la investigación del robo de 154 kilogramos de cocaína y heroína de los depósitos de la Jefatura Superior de la Policía Nacional en Andalucía Occidental.
Varios de los miembros del grupo comparecieron este jueves jueves ante los medios de comunicación y señalaron que fue la propia Unidad de Asuntos Internos de Madrid la que les requirió para colaborar en la investigación del robo de droga en Jefatura, que concluyó con la imputación del ex agente de la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (Udyco) Lars S.M. –actualmente en prisión– y de tres jefes de la referida unidad, y fue a partir de ese momento cuando "ha comenzado el acoso y derribo, tachándonos incluso de chivatos".
En este sentido, los agentes explicaron que desde Asuntos Internos de Madrid "prácticamente se les impuso" prestar colaboración "directa" para esclarecer el robo en Jefatura bajo el argumento de que "contábamos con confidentes y contactos en la calle", de manera que a partir de ese momento "nos dedicamos exclusivamente a investigar" estos hechos, concretamente tres de los ocho funcionarios que integran el referido Grupo VII. "A partir de este momento, comenzamos a tener problemas", espetaron.
De igual modo, los miembros del Grupo VII de Mediano Tráfico dijeron desconocer el motivo de este "acoso y derribo" realizado desde Asuntos Internos, asegurando que los miembros del grupo "nos encontramos solos y desprotegidos" desde que prestaron colaboración con Madrid, al tiempo que añadieron que, por estos hechos, "está bajo sospecha todo el grupo", al cual, incluido el jefe, le han sido registradas las taquillas dentro de este procedimiento.
Problemas con la UDYCO
Asimismo, informaron de que en Sevilla, además del Grupo VII, hay otros tres grupos, pertenecientes a la Udyco, dedicados a la lucha contra el tráfico de hachís, cocaína y drogas sintéticas, los cuales "cuentan con muchos más medios que nosotros", lo que no impide que el grupo ahora investigado "doble el trabajo de tres grupos, algo que les sienta mal" y que lleva a los propios jefes de estos equipos "a comentar cosas tales como pagamos con droga a los confidentes y que somos eficaces porque cometemos ilegalidades".
Sobre el caso particular de Sergio O., señalaron que en un primer momento fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 8 de Sevilla imputado por colaborar y pasar información a una red dedicada al narcotráfico, pero "lo extraño es que gran parte de las pruebas aportadas eran falsas y se ha podido demostrar", pruebas entre las que se incluían conversaciones de miembros de esta red en las que se nombraba el nombre de Sergio, el cual, defendieron los miembros del Grupo VII, "trabaja en la calle con pocos medios, por lo que el principal arma es el uso de confidentes".
"El uso de confidentes nos termina perjudicando, porque recurren a nosotros para pedir favores", según prosiguieron los funcionarios policiales, quienes argumentaron que, "por esas escuchas, que no han demostrado nada, ahora meten en el saco a Sergio", al que también se le acusó en la causa abierta por Instrucción 8 de tráfico de anabolizantes. Sin embargo, defendieron que el compañero imputado tenía, junto con un socio --el cual prestó ayer declaración en sede policial quedando finalmente en libertad con cargos--, una tienda de nutrición deportiva en la que se vendían "productos legales y que están en el mercado".
"Malicia, falta de rigor y animadversión"
Tras lamentar "la falta de rigor, la malicia y la animadversión" de Asuntos Internos hacia todos los miembros del Grupo de Tráfico Mediano, relataron que otra acusación dirigida en un primer momento contra Sergio O. fue la de llevar un alto nivel de vida y que su pareja dependía económicamente de él, cuando en realidad "es maestra desde hace cinco años y tiene unos ingresos de 3.000 euros mensuales", así como disponer de vehículos con un coste superior a 100.000 euros.
En este sentido, explicaron que Sergio tenía una motocicleta BMW y un coche BMW Serie 1 de segunda mano, el cual vendió por 13.000 euros para poder adquirir un Tuareg, modelo básico, importado de Alemania con un coste de 17.000 euros, aunque durante un periodo de tiempo coincidió que los dos vehículos estuvieron a su nombre, por lo que la juez "ha visto eso y ha sumado el valor máximo de todos los coches, como si fueran de primera mano". Además, a Sergio se le acusa de contar con un teléfono secreto, y de tener relaciones con una red de narcotráfico de Brasil.
"Casi 30 horas sin comer"
Según comentaron, por estos hechos la juez no imputó "nada" a su compañero, pero posteriormente ha sido detenido y "tratado como un auténtico delincuente, pues ha estado casi 30 horas sin comer", para posteriormente ser puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 11 "imputado por los mismos hechos". Además, el mismo día de la detención --este martes--, y bajo autorización judicial, miembros de la UCOT llevaron a cabo el registro de domicilio de Sergio. "No sabemos lo que iban buscando, pero no encontraron nada porque no tiene nada que ocultar", apostilló.
"A pesar de esto, toda la opinión pública piensa que es un policía corrupto, pero lo han cogido como cabeza de turco, pues se trata del eslabón del grupo más débil", según prosiguieron los miembros del Grupo VII, quienes se refirieron además al cambio de destino que sufrió Sergio, que ha sido destinado a la Brigada de Seguridad Ciudadana "sin tener en cuenta su presunción de inocencia, pues al tiempo que el 15 de septiembre se le comunicaba que estaba imputado, se le dio cuenta de su cese inmediato como miembro del grupo, aunque desde jefatura se dijo que este cese respondía a necesidades del servicio". Así, fue trasladado a trabajar en los calabozos "y sin posibilidad de rotar", todo lo cual, según apuntaron, "afectó muchísimo a Sergio, quien emocionalmente se derrumbó y le fue diagnosticada una crisis de ansiedad", por lo que tras este cese se dio de baja y, actualmente, está en tratamiento psiquiátrico bajo medicación.
Respecto al socio del agente imputado –con el que compartía una tienda en Sevilla–, señalaron que le fueron incautados en su propio domicilio 1,5 kilogramos de hachís que, según las pesquisas, pertenecen al alijo de 11.000 kilos –con un valor en el mercado de 16 millones de euros– que el Grupo VII aprehendió el pasado mes de enero en un garaje de la barriada hispalense de Sevilla Este, "y a partir de ahí pensaron que el kilo y medio de hachís se lo había dado Sergio".
Intervenidos los ordenadores del grupo
En relación con esto, al agente imputado y al resto de miembros del grupo "se nos acusa de habernos apropiado" de 1.000 de los 11.000 kilos incautados, todo ello a partir de los "comentarios" de la calle y de la declaración del único detenido por estos hechos, al que se le encontró un fardo de 30 kilos en el maletero del coche y que ahora "dice que la Policía se quedó con droga, algo inverosímil". Además, contaron que desde prisión el detenido por este alijo "ha amenazado a Sergio e incluso ha ofrecido 6.000 euros para que quemen su coche o su vivienda".
Por último, señalaron que será una vez concluya el proceso judicial "y se aclare todo" cuando estudien adoptar medidas legales contra Asuntos Internos, pues "se están haciendo cosas un poco extrañas contra nosotros", y dieron a conocer que en el día de ayer Asuntos Internos intervino los cuatro o cinco ordenadores existentes en el grupo.