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La memoria histórica se ceba con el acuartelamiento Cervantes

El cuartel del Ejército en Granada sufrió la semana pasada los efectos de la Ley de Memoria Histórica. Haciéndolo coincidir con el 20-N, Defensa retiró, entre otras cosas, un escudo del águila de San Juan de la fachada principal del edificio, pese a que está declarado de interés artístico.

El 26 de diciembre de 2007, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó la Ley 52/2007, conocida popularmente como la Ley de la Memoria Histórica, por la que "se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura" y se insta a las Administraciones Públicas a retirar los "escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura".

Esta ley se cebó la pasada semana con el acuartelamiento Cervantes, sede de la Agrupación de Apoyo Logístico número 22 del Ejército de Tierra, ubicado en la avenida de Pulianas de Granada. Y es que ministerio de Defensa mandó al acuartelamiento una docena de obreros, tres furgonetas y una máquina elevadora, acompañados por dos militares vestidos de civil, para retirar todos los símbolos que podrían estar bajo la lupa de la memoria histórica.

En total se retiraron dos escudos, una placa y un monolito que se encontraban en las dependencias militares. La placa, hecha en mármol, homenajeaba a los militares pertenecientes a este cuartel granadino que fallecieron durante la guerra civil, aunque en ningún caso se refleja en cuál de los dos bandos lucharon –la historia dice que lo hicieron en el bando nacional–.

El monolito, elaborado en piedra, destacaba por ser un recuerdo a Francisco Franco, con la parte trasera de una moneda antigua de cinco pesetas, en el que se veía de perfil la figura del dictador, la fecha del fallecimiento (20 de noviembre de 1975) y la inscripción "Francisco Franco, presente" y unos párrafos que con el paso del tiempo han quedado ilegibles.

El primer escudo se encontraba en el interior del cuartel. El segundo escudo, presidía la fachada principal del acuartelamiento Cervantes, y no se salvó pese a que ésta está reconocida como de interés artístico, un hecho suficientemente importante como para que no se hubiese destrozado con picos de la fachada. Según las fuentes consultadas por Libertad Digital, "primero se descabezó con los picos la cabeza del águila, y días después picaron el resto del escudo".

Precisamente, en el acuerdo del Consejo de Ministros por el que se dictan las instrucciones para la retirada de símbolos franquistas en los bienes de la Administración General del Estado y sus organismos públicos dependientes, alcanzado en la reunión del Gobierno Zapatero en La Moncloa el 31 de octubre de 2008, se especifica que "se exceptúan de lo dispuesto en el apartado anterior aquellos símbolos que se encuentren en un bien calificado como Bien de Interés Cultural".

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