Una vez aprobada la radical Ley del Aborto, el Ejecutivo que dirige Rodríguez Zapatero desarrollará uno de los aspectos que se han mantenido más escondidos y que han pasado más desapercibidos en esta nueva normativa: la educación sexual.
Éste ha sido uno de los caballos de batalla de la ley y que finalmente se ha incluido como punto clave: a partir del próximo curso los colegios tendrán que impartir educación sexual en todos los niveles. Y evidentemente este material no da importancia al derecho de los padres a educar a sus hijos según sus valores y convicciones. Sin embargo, antes de que esta ley se aprobase ya existían algunos ejemplos de lo que tendrán que hacer los alumnos de once años en adelante a partir de ahora.
El Ministerio de Sanidad ha subvencionado un juego interactivo que inculca esta moral defendida por el Gobierno y que se puede llevar a las escuelas. El juego, realizado por Cruz Roja Juventud, ha sido promocionado por el Ministerio de Educación a través de su página web como “enlace recomendado de la semana”, como un posible recurso a utilizar por el profesor.
Incluso llama la atención que en la portada de esta iniciativa hay una gravísima falta ortográfica justo cuando habla del dinero aportado por Sanidad. Habla de “subencionado por”, en vez de “subvencionado por”.
Este recurso interactivo inculca a adolescentes de quince años una sexualidad en la que todo vale y que promociona el sexo ya sea entre chico y chica o entre adolescentes del mismo género. El juego da opción al alumno de elegir lo que quiere hacer con la otra persona y te premia o no según lo que elijas. Estas son las opciones: “besos, masturbación, sexo oral, caricias, uso/intercambio de juguetes sexuales y sexo anal”.
En este sentido, el jugador debe elegir una o varias opciones antes de que se pase al siguiente nivel donde se llevan a la práctica en la habitación de la casa gracias a que sus padres no están en ella.
El juego, denominado VIHDA tiene como fin, según sus creadores, luchar contra el SIDA aunque, sin embargo, se convierte en una banalización del sexo y en la imposición de un modelo concreto que puede ser utilizado en la escuela si el profesor lo cree conveniente. Con esto se pretende “normalizar” cualquier tipo de acción, sin olvidar que va dirigido a adolescentes de quince años y en el que no se favorece una lucha real contra el virus.
Este recurso, recomendado por Educación, se inicia con el preparativo de una fiesta un viernes por la noche e invita al alumno así: “apúntate a la fiesta y elige tu propia aventura, ¡Atrévete a decidir!”. El narrador invita al joven a prepararse y le obliga a coger lo básico, donde el preservativo está como primera opción, mientras que el DNI hay que buscarlo a conciencia.
Una vez en la discoteca, se invita al jóven a que conozca a la gente y le dice que “no te cortes y acércate” porque “la noche tiene muy buena pinta”. Una vez que elige a su “objetivo”, ya sea chico o chica, el narrador invita a ir un poco más allá: "eeyyyyyyy, venga no disimules, que conozco esa cara…creo que te ha gustado alguien. Dime quién".
De este modo, cuando el jugador elige a un/una joven, se insta al adolescente a que "tras pasar un par de horas hablando quizás queráis conoceros un poco más…" por lo que se recomienda a ir a un “lugar un poco más íntimo” donde conocerse más y donde lo primero es “llevar preservativos”. Lo demás es dar las opciones a estos jóvenes de realizar cualquier tipo de práctica sexual en casa de sus padres hasta que el juego concluye con una puntuación para el alumno.
Como explica Inmaculada López, portavoz de España Educa en Libertad, “este modelo de sexualidad ya es muy conocido: adolescentes que se enrrollan y cuya única obligación, casi un dogma, es llevar preservativo. La cuestión es que este modelo, a partir del curso que viene, ya no va a ser opcional sino obligatorio a partir de los 11 años. Pero nadie ha preguntado a los padres si quieren educar a sus hijos en este modelo de sexualidad de 'usar y tirar' en el que el desarrollo de la personalidad, los sentimientos y la responsabilidad no cuentan para nada”.
Además, la portavoz de esta plataforma alude también al ataque continuo que desde los poderes público se hace a la libertad de educación “así, como ya viene siendo habitual desde la imposición de Educación para la Ciudadanía, el gobierno vuelve a arrogarse un papel que no le corresponde y nos roba otra vez a los padres nuestro papel de primeros educadores de nuestros hijos, saltándose sin ningún pudor el derecho que tenemos a educar a nuestros hijos según nuestras propias convicciones".