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Igualdad obliga a las funcionarias de prisiones a trabajar con reclusos varones

Otro sector afectado por el igualitarismo del ministerio de Bibiana Aído son las funcionarias de prisiones. Después de superar unas duras pruebas de acceso, para unas plazas que traten exclusivametne a mujeres, la Ley les impone el trato con presos varones. "No accedimos para esto", reclaman.

La modificación de las condiciones de acceso a prisiones, no solo no han supuesto esa "igualdad" proclamada sino que además, han instalado la injusticia entre las trabajadoras de las cárceles.

Hasta 2007 existían dos vías de entrada al funcionariado de prisiones: la femenina y la masculina. La primera implicaba trabajar solo y exclusivamente con mujeres presas y por eso había muchas menos plazas: "La comparativa era de unas 70 u 80 plazas apra mujeres y unas 300 ó 400 para hombres" según confiesa una funcionaria a El Mundo.

Por lo tanto, a las funcionarias que buscaban trabajar exclusivamente con reclusas, se les exigía un plus de esfuerzo: mayor nivel académico y mejor preparación que para optar la escala masculina, para la que había más plazas.

Hasta que llegó la Ley de Igualdad: "Todos y todas trabajarán con todos y todas, y así habrá más plazas", aseguraba. Para aquellos funcionarios que se pesentaron a partir de 2007 a las pruebas de acceso, el escenario estaba claro.

Pero era abiertamente injusto para aquellas muejeres cuya plaza fija estaba estipulada para trabajar exclusivamente con reclusas, y que les había costado el doble ganarse. Adiós al esfuerzo, y a sus derechos: trabajarían con hombres, quisieran o no.

Por esta manifiesta injusticia, funcionarias de prisiones se manifestaron este lunes en Madrid, reclamando únciamente aquellas condiciones por las que lucharon y a las que se presentaron: "No es el trabajao para el que nos presentamos, ni para el que nos hemos preparado. Nosotras no accedimos aquí apra trabajar con hombres. Las mujeres expresan menos agresividad; el trabajo con ellas es más humano y terapeútico. Con reclusos hombres la tarea es distinta, es más de acción, importa mucho el componente físico. Ante ellos estamos en una clara inferioridad física".

¿Y cuál es la solución que se les ofrece? Cursos de adaptación para trabajar con hombres. O ser trasladadas a otro área en el que no haga falta el contacto humano. Pero ellas continúan reivindicando sus derechos, "esa no es la solución", aseguran. "Lo único que pedimos es que se añada al real decreto una disposición adicional que reconozca que las funcionarias que lo deseen puedan trabajar sólo con mujeres reclusas. Es una opción voluntaria, pero que no traiciona lo que nos trajo a trabajar en prisiones".

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