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FRENTE A LOS 1.000 QUE FUERON A MISA

Apenas 50 comunistas se citan en la UCM para exigir el cierre de las capillas

Querían exigir el cierre de las capillas pero se ha demostrado quiénes son. 50 comunistas acudieron a la protesta en la UCM al grito de "no pasarán".

Los Colectivos de Jóvenes Comunistas de Madrid han convocado una cacerolada para este martes en el hall de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en apoyo a los estudiantes detenidos el pasado viernes por la irrupción en la capilla de la Facultad de Políticas en el campus de Somosaguas.

Sin embargo, su capacidad de movilización y su realidad ha quedado en evidencia. Unos 50 comunistas se han concentrado frente a los más de 1.000 que el pasado viernes abarrotaron la capilla y la explanada del campus de Somosaguas. Estos radicales coreaban el lema "No pasarán" y portaban pancartas que decían "Viva la la lucha de las mujeres contra Cristo".

Con cacerolas no había más de 20 personas y había más gente viendo que ocurría que comunistas manifestantes.

El Comité regional de este colectivo, en un manifiesto, ha mostrado también su "solidaridad" con los estudiantes que, según afirma, fueron "agredidos" el pasado viernes 18 de marzo en la Facultad de Geografía e Historia, "cuando un grupo de más de quince fascistas irrumpieron en la universidad arrancando propaganda".

Así, han explicado que este grupo entró en la Facultad y agredió a varios miembros de la asociación Unión de Historiadores Progresistas, viéndose afectados militantes de los CJC, la UJCE, Izquierda Anticapitalista y otros compañeros de la facultad.

Asimismo, también expresan su solidaridad con los compañeros de Somosaguas, de las asociaciones Contrapoder y RQTR, que en los últimos días "han sufrido detenciones y todo un linchamiento mediático por su acción pacífica en la capilla de su universidad, que pretendía denunciar la permanencia de la Iglesia en espacios públicos y su defensa del patriarcado".

En este sentido, han asegurado que se posicionan "en contra del mantenimiento de capillas y elementos religiosos en los espacios públicos", y han considerado que su uso tendría que pasar a servir "a los intereses de todos los estudiantes".

En la misma dirección, muestran su rechazo a las agresiones "fascistas y machistas y a todas las organizaciones y medios de comunicación que las ampara". "Llamamos a la organización y movilización estudiantil y a su legítima autodefensa frente al fascismo", aseguran en su manifiesto.

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