El ministro de Educación ha propuesto que los cambios educativos legislativos requieran dos tercios de apoyo parlamentario para garantizar que se hacen al menos con el acuerdo de los dos partidos mayoritarios y, por tanto, con "estabilidad" normativa.
Esta propuesta de apoyo parlamentario es un gesto de "convicción y lealtad", ha dicho el ministro, así que se propone que los cambios normativos que se derivaran del pacto se realicen por este procedimiento.
En la rueda de prensa posterior a la conferencia sectorial de Educación, Gabilondo ha sugerido que el último año de la educación obligatoria (cuarto de ESO) tenga realmente un carácter "orientador", con dos perfiles, uno de Bachillerato y otro de FP.
La duración del Bachillerato queda "reforzada" por la opción de orientación hacia este nivel de enseñanza del último curso de ESO, lo que permitiría que cumpla mejor sus funciones.
Quienes al terminar tercero de ESO no estén en condiciones de acceder a ninguna de estas opciones podrán optar entre repetir este curso, cursar un programa de diversificación curricular o un Programa de Cualificación Profesional Inicial, con una duración de dos años.
También ha defendido conseguir que los alumnos sigan formándose al menos hasta los 18 años, aunque no obligatoriamente, y conseguir que en 2020 el 85 por ciento de los jóvenes tenga un título para asegurar su "empleabilidad".