L D (Pedro de Tena) Es precisamente la constancia de lo extraña de esta frecuencia de casos de cáncer lo que ha llevado a la Central Independiente de Funcionarios, CSI-CSIF, a presentar dos denuncias contra el centro, denominado oficialmente Centro de Especialidades Esperanza Macarena.
En ellas, una dirigida al Consejo de Seguridad Nuclear, se hace constar la fuerte inquietud de los trabajadores y usuarios por los alarmantes casos de cáncer y "su posible relación con las instalaciones de radiología del centro. La gerente del área hospitalaria Virgen Macarena, Pilar Serrano, antes de toda investigación, negó que los 27 casos de cáncer estén relacionados con la posible falta de seguridad en la zona de rayos X.
Según el contenido de las denuncias, la mayoría de las personas que han sufrido tumores o casos de cáncer, trabajaban muy cerca de las instalaciones de radiología del centro. Al parecer, las personas afectadas trabajaban en las plantas que estaban encima o debajo de los artefactos de rayos X.
Han muerto al menos dos médicos, uno de ellos de Atención Primaria que trabajaba justo debajo de la sala de rayos, un electricista que también desarrollaba su trabajo muy cerca de las instalaciones y otra ATS que sufrió un cáncer de mama. Aunque CSIF afirma que son más los casos de fallecidos no ha facilitado los nombres porque, dice, muchos tienen miedo de hacerlo público. Parece que el denominador común es que todos ellos: se han pasado años ejerciendo su profesión muy cerca de la sala de rayos X.
Dos médicos, el oncólogo Fernando Castelló y el otorrino, José Manuel García, trabajadores de ese mismo centro que aseguraron a ABC que, desde hace tiempo «hay mucho miedo» en ese ambulatorio porque la gente no sabe lo que está pasando. Aseguran que cada cierto tiempo le llegan las trabajadoras que se dedican a revelar placas con fuertes dolores de garganta. «Y añaden que las instalaciones no están debidamente protegidas, como debe ocurrir en estos casos, ya que es necesario que toda la sala de radiaciones esté plomada para evitar escapes.
Además de esa protección, ambos médicos explican que, en estos casos, lo normal es que se hagan mediciones periódicas para comprobar las radiaciones. Afirman también que la zona de rayos sufre "un importante abandono", ya que las ventanas en lugar de estar revestidas de plomo fueron blindadas e incluso aseguran que, por debajo de la sala de rayos, pasan varias tuberías de agua. En su hipótesis, el resultado ha sido la cadena de enfermedades y muertes que se han ido sucediendo.
El CSIF ha pedido que se le faciliten los informes sobre el control de calidad anual, revisiones y mantenimiento en los equipos de radiología, así como el informe de actitud de la vigilancia de la salud emitido por Medicina Preventiva. También ha solicitado el plan de Prevención de Riesgos Laborales del Centro, la Evaluación de Riesgos del centro, así como la planificación de la prevención, información y formación de los trabajadores del mismo en relación a los riesgos a los que están expuestos. También han sido pedidas las medidas de emergencia y relación de daños a la salud producidos a dichos trabajadores.
También se estudia pedir la suspensión cautelar del servicio de Radiología hasta que se investigue si las enfermedades y las muertes están relacionadas con las radiaciones. Sin embargo, el jefe del servicio de Radiofísica del hospital Virgen Macarena. Manuel Gómez, atribuyó las muertes y los casos de cáncer a la casualidad.