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Filósofos y políticos franceses defienden la tauromaquia en el Parlamento catalán

Nuevas voces claman en Cataluña contra la prohibicíon de las corridas. Filósofos y políticos franceses y ganaderos catalanes se manifestaron favorables a una fiesta que consideran patrimonio mundial. “Sería una pérdida para la humanidad”, dijo un profesor de la Sorbona.

El filósofo francés y profesor de la Universidad parisina de la Sorbona Francis Wolf ha asegurado que las corridas de toros son ya patrimonio mundial y no únicamente de la fiesta nacional española, y ha remarcado que prohibir la muerte del toro bravo en las plazas sería una anomalía biológica.

Wolf, que ha comparecido ante la comisión de Medio Ambiente del Parlamento de Cataluña, donde se debate la prohibición de las corridas de toros en esta comunidad, ha manifestado que la desaparición de las corridas sería por ello "una pérdida para la humanidad y también para la animalidad".

El filósofo francés, que ha defendido la "belleza singular y emoción única" de este espectáculo, ha explicado que en Francia la tauromaquia está viviendo una "edad dorada" y que cada vez hay más tesis que defienden los valores ecológicos de un fiesta que, según ha indicado, permite el mantenimiento del toro bravo, una raza que, "es una excepción" ya que no es ni animal de compañía, ni de granja o industrial, pero tampoco es salvaje.

"Los toros bravos no entran en estas categorías; es un animal bastante único, se fomenta que sean agresivos contra lo que consideran una amenaza, una excepción en las relaciones entre hombre y animales", ha comentado Wolf, que ha defendido el derecho a matar el toro, siempre que se haga "en combate" y "en consonancia con su bravura, ése es su destino, que la mayoría de especies envidiarían".

En este sentido, ha añadido que si el toro no muriera en la plaza, como ocurre en los festejos portugueses, "sería el triunfo de la hipocresía: como no se ve no existe", y ha afirmado que biológicamente el toro está hecho para morir en combate y que la lidia es precisamente "la transformación de la lucha contra esa muerte en belleza".

En la misma línea, el alcalde de Arles (Francia), Hervé Schiavetti, que ha comparecido también en la comisión, ha defendido el mantenimiento de este espectáculo como elemento de identidad del sur de Europa y de muchas ciudades francesas, como la suya, donde las corridas tienen un gran arraigo. En su opinión, la existencia de esta tradición, y con ello de la ganadería extensiva, ha facilitado además el mantenimiento de entre 250.000 y 300.000 hectáreas de reservas húmedas en la zona de La Camargue -donde pastan toros bravos españoles-, y que se ha convertido en una forma de gestión de un territorio.

Por su parte, el presidente del Consejo General de los Pirineos Orientales, Christian Bourquin, ha defendido  la raigambre y catalanidad de los festejos taurinos, que se extiende también a la vertiente francesa de los Pirineos, y ha pedido tolerancia a sus "primos" catalanes, para no levantar otra frontera.

"Pedimos la continuidad de estas fiestas que forman parte de nuestra historia y de nuestra herencia que hay que perpetuar entre las nuevas generaciones porque conforman nuestra identidad", ha señalado Bourquin, quien ha mostrado su "envidia" de que Cataluña haya logrado que los "correfocs" sean considerados excepción cultural por parte de la UE, dentro de la normativa sobre el fuego, que Francia no solicitó.

El político ha advertido que, al igual que ocurre en su país, la oposición a este tipo de festejos se plantea desde las élites. "Ir contra las corridas es un tipo de ataque a la libertad y el respeto al pluralismo, un ataque a una minoría", ha subrayado. "Sólo hay una Cataluña; como frontera sólo están los Pirineos, espero que no se levante otra frontera, entre la Cataluña tolerante y la no tolerante", ha añadido Bourquin

Además, el ganadero tarraconense Pedro Fumadó ha advertido a los diputados catalanes que serán los responsables de la desaparición del toro bravo si prohíben las corridas, y ha insistido en que "no pueden juzgar un tema que desconocen", por lo que les ha invitado a visitar algunas de las 9 ganaderías que hay en Cataluña.

Este ganadero de las Tierras del Ebro -heredero de una tradición familiar que se remonta a 1891- ha mostrado su temor de que la prohibición comience con las corridas de toros y continúe luego con otras tradiciones, como los 'correbous' (encierros). En un símil torero, Fumadó ha manifestado que "las cornadas de las personas son más duras que las de un toro bravo", y ha recordado a los diputados que la tarea que ocupan como "interinos" les obliga a defender a todos los catalanes.

Fumadó ha defendido la ganadería extensiva como medio de protección de los ecosistemas y ha cerrado su intervención con un "¡Visca Catalunya y visca la libertad!, que ha levantado algunos aplausos en la sala.


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