LD (Agencias) En opinión de las asociaciones de esquiadores polacos, la nueva prohibición "es un absurdo" y, además, muy difícil de llevar a cabo, ya que habría que montar controles policiales de alcoholemia al pie de las pistas de esquí.
Según informa este lunes el diario Dziennik, el ministerio justifica esta normativa en la necesidad de poner freno al aumento del consumo de alcohol en todos los ámbitos y, especialmente, en aquellos en los que se pueden producir accidentes y riesgos para otras personas.
De esta manera, superar la tasa de 0,2 mililitros de alcohol en la sangre supondrá entre 750 y 1.500 euros de multa, una cantidad suficiente para amargar la temporada de esquí a cualquiera.
Pero los esquiadores insisten en la inutilidad de la medida ya que, en su opinión, la mayoría de accidentes en las pistas de esquí no se producen por haber bebido, sino por la falta de habilidad de los esquiadores o por las malas condiciones climáticas.
Otros, sin embargo, prefieren desafiar abiertamente al gobierno y aseguran que seguirán "bebiendo para entrar en calor a pesar de las multas" porque, ¿qué sería una jornada de esquí sin un buen té con ron o una copita de licor para entonar el cuerpo?, se preguntan los aficionados polacos.