
LD (Europa Press) Con la entrada de la primavera los relojes se adelantarán una hora en la madrugada de mañana domingo, día 29, de manera que a las 02.00 horas serán las 03.00 horas y así comenzará el horario de verano, en cumplimiento de una Directiva Comunitaria que afecta a todos los países miembros de la Unión Europea, según informó hoy el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
El cambio de horario comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del Sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.
El carácter indefinido de la aplicación del cambio de hora se ha adoptado por entenderse que "el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de los transportes y las comunicaciones, sino también otros ramos de la industria, requiere una programación estable a largo plazo".
La Novena Directiva -de obligado cumplimiento para todos los países de la Unión Europea- establece con carácter permanente el inicio del horario de verano (en el que, como ahora, adelantamos el reloj una hora) y su finalización (cuando retrasamos el reloj una hora) el último domingo del mes de marzo, y el último domingo del mes de octubre, respectivamente.
Según Industria, tras analizar exhaustivamente las repercusiones de la medida, el estudio concluye que tiene impactos positivos no sólo sobre el ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio. Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), entidad pública dependiente del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, el potencial de ahorro en iluminación en España, por el cambio de hora, puede llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación, lo que equivaldría a unos 300 millones de euros. Sin embargo, los trastornos que pueden ocasionarse, sobre todo a ancianos y niños, hacen que muchos duden de la medida.