Las dos agentes de policía Leanne Shepherd y Lucy Jarret, de 32 años, dieron a luz con pocos mees de diferencia, trabajan 20 horas a la semana por 900 libras al mes y lo hacían en dos turnos semanales de 10 horas de modo que no coincidieran nunca. Así, la una podía cuidar de la hija de la otra mientras estaba trabajando, según explica el Daily Mail.
"Nuestro acuerdo era ideal para las niñas", explica Shepherd. "Edie y Amy, la hija de Lucy, se han convertido en hermanas y les encanta pasar tiempo juntas". Las niñas están a punto de cumplir tres años y ambas mujeres llevan cuidándolas de esta manera desde hace dos años y medio, algo que les permitía compaginar el trabajo y el cuidado de sus hijas. Hasta que el Estado decidió que eso no debía ser permitido.
Resulta que el Ofsted (la oficina para los estándares en la educación en el Reino Unido) exige por ley aprobada en 2006 que todos aquellos que cuiden niños durante más de dos horas seguidas a cambio de una "recompensa" deban registrarse en el organismo y cumplir una serie de requisitos. El concepto de "recompensa" es tan amplio como para incluir el servicio de canguro que cada una recibía de la otra. Una funcionaria de Ofsted visitó a Shepherd y le prohibió que continuara con su acuerdo. Además, recibió una carta en que se le aseguraba que sería vigilada para asegurarse de que no seguiría violando la ley.
Shepherd asegura que ahora debe pagar 260 libras al mes, además de haberse visto obligada a cambiar sus turnos para ser compatible con los horarios de la guardería. Ha decidido pedir ayudas para poder pagarlo. Asegura que cuando la funcionaria llamó a su puerta, lo primero que dijo fue: "Tengo información de que está llevando un negocio ilegal de cuidado de niños". Al parecer, todo empezó por la denuncia de algún vecino.