Durante una larguísima jornada, los presuntos implicados en el caso Palma Arena declararon ante el juez tras su detención hace tres días. La imagen fue la de su llegada a los juzgados: con esposas y caminando muy despacio. La razón, que estaban esposados por las muñecas derechas, en parejas. Así, tenían que caminar lentamente para evitar tropezar y no pudieron acortar el trago de pasar ante los medios de camino al juzgado. Los periodistas lo tuvieron fácil para sacar la foto. El Mundo resume lo ocurrido como "el truco de las esposas".
El diario explica, además, que el delegado del Gobierno en Baleares, Ramón Socías, había pedido que no se montara "un espectáculo" con la declaración de los detenidos. Ocurrió todo lo contrario, pese a que, al parecer, dijo que no quería "grilletes". Su antecesora en el cargo, Catalina Cirer, le había pedido expresamente un trato "digno" para los implicados y él se lo había prometido. En declaraciones al diario, lamenta que "al final se ha montado un espectáculo inhumano".
Según el diario, con los detenidos se ha aplicado el protocolo más severo, propio de delincuentes con riesgo de fuga o agresión. Al parecer, la familia de Rafael Romero pidió sin éxito entregarle la medicación por sus dolencias cardiovasculares. La Policía se limitó a decirles que le vería el médico de la comisaría. La familia de Durán tampoco pudo entregarle ropa limpia y una maquinilla de afeitar eléctrica.