La visita del Papa a Reino Unido ha estado rodeada de una gran polémica desde que se hizo público este viaje. Pronto comenzó una dura campaña contra Benedicto XVI tanto en las islas como especialmente en España y Estados Unidos.
En España ha sido principalmente el diario El País el que ha capitaneado esta estrategia con duros artículos contra la Iglesia, muchos de ellos totalmente rebatidos. En Estados Unidos, The New York Times ya admitió su fracaso en la campaña de desacreditar al Papa aunque el diario de Prisa aún no se ha dado por vencido.
Este viernes Benedicto XVI vuelve a la portada de este diario debido a su próximo viaje a Reino Unido, previsto para mediados de septiembre. Leyendo el titular del periódico de Prisa, al que dedica una página entera, el Pontífice parece un hombre ansioso de dinero. "El Papa cobrará entrada a las misas que oficie en Reino Unido", titula. Y es que según cuenta su corresponsal en Londres, "nada es gratis en tiempo de crisis".
En este sentido, el diario afirma que los fieles que acudan a ver al Papa en las distintas ceremonias que celebre "deberán pagar una entrada que oscilará entre las cinco libras del acto de Hyde Park en Londres y las 25 libras de la misa de Birmingham". Sin embargo, este titular intenta confundir, por no hablar de manipulación, o bien denota un gran desconocimiento de cómo funcionan las visitas papales.
Mientras tanto, El País se centra en las cantidades de dinero que tendrán que pagar los católicos británicos, el dinero que costará la visita y del supuesto rechazo que causa este viaje entre los ciudadanos por los casos de abusos sexuales en la Iglesia.
Pero la verdad no se corresponde a lo aparecido en la noticia del rotativo de Prisa, que tiene una fijación casi obsesiva con este Papa. El coordinador de la visita, monseñor Andrew Summersgill, lo explica con claridad aunque no ha encontrado el eco causado por "el cobro de entradas de Benedicto".
Summersgill aclaró que no se cobra "billete de entrada" a las celebraciones que se producirán durante los cuatro días que pase en Reino Unido. Lo que existe es el denominado "kit del peregrino" y que es algo común en los viajes que realiza el Papa por todo el mundo. En las Jornadas Mundiales de la Juventud funciona así. Dependiendo del país, se paga una cantidad para colaborar con los gastos y éstos reciben una serie de cosas.
Por ejemplo, el kit de la Eucaristía que se producirá en Glasgow incluye el transporte hasta el lugar, un CD, material sanitario, una tarjeta para viajes, un libro de oraciones y un paquete conmemorativo. Esa cantidad también contribuye a los gastos de transporte y parte de los de seguridad en un país en los que los católicos son una minoría.
Para Madrid 2011, los organizadores previsiblemente incluirán esta serie de cosas más otros objetos como gorras y abanicos. Es lo normal en esta serie de eventos. Pero no lo es para el diario de Prisa.
Además, existe un detalle importante. El dinero que se desembolsa no es para entrar a los actos con el Papa. "Quien no se encuentre en posibilidad de afrontar el gasto podrá igualmente entrar en los eventos", sentenció Summersgill, que añadió que "la contribución es un acto de solidaridad".
La visita a Reino Unido será bastante complicada puesto que varios colectivos aprovecharán el momento para intentar boicotear a la Iglesia Católica. De hecho, el Ministerio de Exteriores británico tuvo que pedir disculpas al Vaticano después de que un informe oficial interno recomendase que durante el viaje el Papa lanzase una marca de preservativos y que en el programa se incluyese la inauguración de una clínica abortista.
Igualmente, los grupos ateos ya trabajan en contra del Papa y su objetivo pasa por denunciarle para que sea detenido y procesado en cuanto pise Reino Unido por su papel en los casos de abusos sexuales. Igualmente, la Aído británica quiere imponer por ley que la Iglesia católica tenga que ordenar a mujeres y homosexuales como sacerdotes. Y para seguir con esta línea, la BBC le dará la bienvenida con un documental sobre los abusos en el que el autor dice que definirá "al auténtico Joseph Ratzinger".