Joan Piris llegó a la sede episcopal de Lérida en 2008 en plena polémica por los bienes de la franja, litigio por 113 piezas de arte sacro que se inició en 1995 cuando la Diócesis de Lérida se dividió en dos y los territorios aragoneses se agruparon en la de Barbastro-Monzón. En ese momento las parroquias oscenses reclamaron sus obras, depositada en el Museo Diocesano de la ciudad catalana.
Aunque a su llegada la solución parecía cercana tras la sentencia del Vaticano que obligaba a la Diócesis catalana a devolver las piezas, el conflicto le ha estallado en las manos por la politización de dicho litigio. Y es que la Generalidad de Cataluña se ha metido por medio y quiere impedir por todos los medios devolver las obras de arte.
De este modo, el Ejecutivo regional ha obviado en repetidas ocasiones la resolución vaticana, que ha mediado entre dos Diócesis, esgrimiendo que las obras de arte pertenecen a una colección amparada por la Ley de Patrimonio Cultural. Curiosamente, la propia Generalidad no actuó de la misma manera en otro conflicto que generó una gran polémica cuando no dudó en expoliar los papeles de la Guerra Civil de Salamanca. Ahora Cataluña ya los tiene, pero los bienes de la franja siguen en Lérida pese a que la Iglesia, dueña de las obras, ya ha hablado.
Ante todo esto, monseñor Piris dice no poder aguantar más y según cuenta El Heraldo de Aragón, ha escrito una carta a los obispos españoles. "Confieso que por mi cabeza ha pasado (y todavía no ha desechado) presentar mi renuncia al Santo Padre por el litigio de arte sacro, como he manifestado al señor Nuncio (anterior y actual) e incluso a su eminencia el cardenal Bertone", llega a asegurar.
La carta, de cinco páginas de extensión, dirigida a los "hermanos cardenales, obispos y arzobispos españoles", explica la situación del obispo, que denuncia "el linchamiento público" que está sufriendo. Además, dice que su actitud ha sido "injustamente calificada" por un asunto que "tiene más de diez años de historia, doloroso para todos, difícil de entender y de explicar.
El prelado de origen valenciano, y que ha estado en Roma estos días, afirma igualmente que su intención desde que llegó a la sede episcopal ha sido devolver las obras de arte pero que se ha encontrado, dice, con la oposición de la Generalidad de Cataluña.
Incluso llega a pedir una intervención de carácter superior después de que se haya "llegado a un nivel de politización tal que haría necesaria una verdadera mediación Iglesia-Estado pero parece que no es tan sencillo...o no da el resultado esperado".
Su desesperación ha llegado a tal punto que incluso deja entrever que se arrepiente de haber aceptado su actual cargo. "Me dijeron que las cosas estaban en vías de solución porque se había firmado un documento por ambas partes en Nunciatura", sentencia, para añadir que "la vida está demostrando todo lo contrario".
A la espera de la sentencia, la plataforma de entidades leridanas quiso dar su apoyo público al obispo Piris, contra el que varios ayuntamientos aragoneses han interpuesto una querella criminal por apropiación indebida al considerar que se niega a entregar las obras en litigio. Según recoge Efe, el portavoz del obispado afirma que "el obispo ha vivido momentos muy duros, ya que incluso recibe cartas y mensajes anónimos en los que le llaman ladrón".