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IMPORTANTE ROBO EN EL CONVENTO

El misterio de la 'monja pintora'

El robo de 1,5 millones en un convento ha puesto de manifiesto el papel de la "monja pintora", un auténtico fenómeno artístico en España.

El robo de una importate cantidad de dinero en un convento de clausura en la provincia de Zaragoza pronto se convirtió en una noticia que se extendió como la pólvora. Y más cuando se conoció que el dinero estaba formado en su mayor parte por billetes de 500 euros guardados en bolsas de plástico.

Desde ese mismo momento se empezó a intentar conocer como un grupito de monjas enclaustradas podía poseer tal cantidad de dinero y cuál era la clave de este misterio. Estas 20 hermanas de la orden cisterciense son conocidas por su gran labor en la restauración de libros y encuadernación. ¿Pero tan rentable era este trabajo?

El autor o autores del robo perpetrado en el convento de monjas de clausura Santa Lucía, de Zaragoza, fue directamente a la habitación donde estaba el armario que contenía el dinero y no abrió ni forzó ninguna otra puerta. Así lo ha explicado hoy a los medios de comunicación el abogado de las religiosas, Jesús García Huici, quien ha especificado que el montante total robado asciende a 400.000 euros y no el millón y medio que se dijo inicialmente.

Respecto al origen del dinero, ha remarcado que son "cantidades que están documentadas" y "ahorros de mucho tiempo", procedentes de sus actividades (encuadernación, restauración de libros antiguos y pintura), todas ellas con un CIF correspondiente y declaradas a efectos fiscales.

A su juicio, puede ser normal que las religiosas tuvieran este dinero en el cenobio, ya que están desarrollando obras y además dan numerosas limosnas, por lo que podrían tenerlo para gastos corrientes.

Sin embargo, la clave de todo este extraño caso tiene un nombre propio, Isabel Guerra, más conocida como la "monja pintora". Dotada con un talento especial en la pintura, sus obras son muy cotizadas y no hay una que no se venda. Y las cantidades no son cualquier cosa: desde los 12.000 hasta los 20.000 euros por cuadro. Algunos incluso han superado estas cifras. Aquí podría estar la clave de tanta cantidad de dinero acumulada en el convento, que representarían los ahorros de la comunidad.

Esta monja es muy conocida en el mundo artístico español debido a la calidad de su obra, por su estilo hiperrealista y su dominio del color y la luz. De hecho, algunas de sus obras parecen auténticas fotografías.

Pintora, y también escritora, compagina su vida religiosa con su también vocación artística. De hecho, ha sido nombrada miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis así como la de Toledo. La monja pintora nació en 1947 en Madrid y entró al convento cisterciense del Monastario de Santa Lucia de Zaragoza. Proviene de una familia adinerada y siempre quiso ser autodidacta.

Una de las galerías que ha expuesto su obra es la Sokoa de Madrid. Desde ahí aseguran que "es una pintora con mucho tirón y que tiene un público muy fiel". Hace más de seis años que organizó su última exposición y desde entonces esta galería ya no vende sus obras. "La última exposición despertó un gran interés e incluso se llegaron a formar colas para ver los cuadros", indican desde Sokoa.

Algo que justificaría este dinero en efectivo podría darse en la forma en la que vendería ahora sus cuadros puesto que se cree que lo hace por cauces ajenos a las galerías. "Ya no frecuenta estos círculos, está en otra onda".

 También su libro es un éxito de ventas. Titulado El libro de la paz interior hace alusión a sus obras más representativas y que va ya por su décima edición. Para poder combinar su vida contemplativa y artística, la orden le ha dado un permiso especial para poder promocionar sus exposiciones.

Y es que sus cuadros pretenden transmitir su espiritualidad, paz y sosiego. De hecho, en todo momento acompaña sus cuadros con citas bíblicas. De este modo, afirma que al pintar busca "la Belleza, la Luz, la Bondad, la Verdad, la Hermosura, con mayúsculas, de donde emana toda belleza entre nosotros. Cada cuadro tiene su propia historia, su vida y en cada uno pone todo su corazón".

Sobre el objetivo de sus lienzos, esta religiosa asegura que "buscan ser carta abierta a los hombres y mujeres de este tiempo, cuyas tumultuosas aguas forman imponente cascada que cae sobre el cauce estremecido del tercer milenio... ¡Ojalá pudieran ser carta dictada por el Sol que nace de lo alto!

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