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LA PRENSA DE UN VISTAZO

El columnista de Público que teme que los "fachas le muelan a palos"

La "Kale borroka" sindical ocupa hoy las portadas de los periódicos, aunque también dejan un hueco a la resaca del Estatuto y la deserción de Chacón.

Con alguna salvedad que todos podemos imaginar por dónde viene, la prensa carga duramente contra los sindicalistas que ayer nos retrotrajeron al siglo XIX con una soflama memorable.

La Gaceta dice que "transformados en la pandilla de la porra de la progresía multimillonaria –la de Roures y Cebrián-, los sindicalistas están dispuestos a perpetuar el régimen socialista a base de barricadas ideológicas. La huelga salvaje del Metro de Madrid es una muestra de su vocación mafiosa".

El Mundo pide firmeza contra los huelguistas porque "sería inaceptable que no les pase nada a quienes han violado la legalidad a cambio de cumplirla ahora y con la amenaza de volver a la huelga salvaje si les tocan un pelo".

También aborda el Estatuto y le atiza a Montilla –al que califica de "político nefasto" por la ley del Consumo aprobada en el Parlament para sancionar a los comercios que no atiendan en catalán. Dice que Montilla "ha optado por la imposición del catalán a martillazos" y que mantiene una posición que "no coincide con la de Zapatero y el PSOE", resaltando que Chacón se ha desmarcado del president y no se manifestará el 10-J. Pese a ese supuesto enfrentamiento con el PSOE no se comprende muy bien porque después también dice "Zapatero apoya la intención de Montilla de cambiar la ley para sortear la sentencia", con lo que no nos queda muy claro si siguen siendo amiguitos o han roto peras.

"Kale borroka sindical", titula La Razón el asunto de la huelga en el Metro. En su editorial dice que no admisible "que se recurra a una huelga salvaje con fines políticos" y cree que se ha convocado en Madrid por que "gobierna el PP, ni más ni menos". "Ese también es el motivo por el que alguna destacada miembro del Gobierno de Zapatero ha arremetido contra Aguirre, en vez de ponerse a su lado y frente a la manifiesta ilegalidad sindical". Recuerda la contribución de los sindicatos a la crisis y censura que ahora "pretenden lavarse las manos manchadas".

ABC reabre el debate sobre la Ley de Huelga y considera que "los sindicatos constituyen una casta ajena al concepto de deber y obligación. Solo conocen derechos".

Público, como no, se desmarca de las críticas a la violencia sindical, la justifica y arremete contra Aguirre sin disimulo como no podía ser de otra manera. "Aguirre se hace la víctima", titula en portada. Y es que ¿acaso creían ustedes que los piquetes son los liberados sindicales? ¿acaso pensaban que los madrileños somos víctimas de una huelga política contra Aguirre? ¿acaso han pensado que el extremo salvajismo de la huelga es desproporcionado con los motivos que la han provocado? Pues no, señores, no. Aguirre es la piquetera, Aguirre es la agresora que "ayer disparó contra todos", según el periódico de Ruores. Porque Público ha consultado a una serie de expertos que le han explicado que los sindicatos sólo están aplicando la "ley del Talión" incumpliendo los servicios mínimos porque es Aguirre la que se ha saltado la ley aplicando el recorte del 5%. Toma ya.

Y Manuel Saco nos hace partícipes de la "felicidad" que sintió cuando los huelguistas amenazaron con repetir el paro total si hay expedientes o despidos. El pobre estaba en una parada de autobús cuando tan loable sentimiento le invadió, pero "disimulé, no fuera a ser que un facha, ateo de las huelgas, me moliera a palos". Tranquilo, Manuel, suele ser al contrario. Mira quien salió apaleado ayer. Un grupo de "fachas" que querían sentir la felicidad de ir a trabajar se llevaron una manta de leches a manos de unos amantes de las huelgas. Ignacio Escolar tampoco se corta a la hora de ir a por Aguirre. "Es una salvajada el victimismo político de la condesa de hierro", dice. Hay que tener cara.

Y El País ya ha encontrado el norte y respira tranquilo con la tregua de los saboteadores. "La Comunidad responde con mano dura a la suavización de la huelga". ¿Qué entiende El País por mano dura? ¿intentar que se cumpla la ley? ¿A qué están atónitos? Pues yo también.

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