La carta, que reproduce El Mundo, explica que los padres de la adolescente siguen esperando día tras día, un año después, la llamada que les avise de la aparición del cuerpo. De su hija, destacan que siempre fue una niña feliz. De su asesino confeso, Miguel Carcaño, apuntan que siempre les pareció "un chaval extraño", un "embustero" y un "gallito de pelea".
Antonio del Castillo rememora en la carta lo momentos más tristes de este año y también algunos de los capítulos que más le han dolido. Uno de ellos fue la nula actuación del Defensor del Menor cuando las fotos que Marta había colgado en Tuenti o Facebook empezaron a circular por los medios. "Nunca se metió a defender los derechos de mi hija como tal. Sí estuvo, en cambio, para dar la cara por la novia de Miguel", denuncia.
También entra en la investigación policial y judicial y las mentiras reiteradas de los acusados. "Nos desespera la ligereza con que los imputados mienten y que seamos como perritos falderos yendo a donde ellos indican, sin rumbo", apunta.
Del Castillo acusa a la Policía de hacerlo "mal desde un principio", aplicando mal el protocolo de menores al recordar que no la buscaron la misma noche de la desaparición. "¡No movieron un dedo ese día!", denuncia. También ve "increíble" que un equipo especializado de la Policía "no pueda obtener la verdad" y que los "acusados se aprovechen del Estado de Derecho". "Nuestro país se ha dado cuenta de que la mentira es gratuita", sentencia.