La Consejería de Educación ha decidido aplicar "de forma excepcional" y durante este curso un "tratamiento lingüístico diferenciado" a Natalia Santacreu que suspendió un examen de la asignatura Conocimiento del Medio-que se imparte y evalúa en valenciano- por contestar a las preguntas en castellano, y cuya nota se revisará.
Así se lo han comunicado a Juan Vicente Santacreu en la reunión que ha mantenido con el director general de Ordenación y Centros Docentes, Rafael Carbonell. Santacreu, mostró su satisfacción por la resolución de la consejería de Educación y sostuvo que la lengua "es un medio de comunicación, no político".
El padre ha recordado que con esta resolución se gana "la batalla pero la guerra sigue en pie porque se está a expensas del próximo centro o profesor que quiera aplicar unas reglas radicales". Recordó que el año pasado en el mismo centro escolar la alumna "daba las clases en valenciano y respondía en español y no pasaba nada" y lo que ha cambiado de un año a otro, opinó, es el grupo de profesores "que ha llegado a los máximos" implantando "una línea en valenciano encubierta".
Además, desde la Consejería le han informado que si quiere que su hija pueda utilizar el español y contestar en esta lengua los exámenes y ejercicios el próximo año, deberá comunicárselo entre el 1 y el 15 de septiembre.
Santacreu sostuvo que su problema no es que la niña reciba las clases en valenciano sino que "pueda utilizar el español cuando le dé la gana, ya que es su lengua vehicular y es española y, si no, que le quiten el DNI". "Debería haber normalización lingüística, lo que pasa es que esas palabras se utilizan políticamente y se llevan a unos términos que no son".
La decisión se justifica, según fuentes de la Consejería consultadas por ABC, en diversas normas, como el Estatuto de Autonomía, que establece la cooficialidad del castellano y del valenciano; la Llei d'Us i Ensenyament del Valenci (LUEV), que impide la discriminación por razón lingüística, y una resolución de 1997 que contempla las instrucciones para que las familias puedan optar por este tratamiento lingüístico diferenciado.
"En Valencia nunca ha habido problema y eso es lo que yo quiero porque lo que no puede ser es una imposición radical de ciertos sectores", señaló Santacreu, quien añadió que “la gente tiene que perder el miedo a decir en voz alta lo que piensa en su interior”.