"Lo normal, en el 99 por ciento de los casos, es que los padres tengan una relación de confianza con sus hijos, pero puede haber un porcentaje en el que no sea así y si eso no es así porque hay conflicto, establecer por ley que hay que imponer la información me parece complicado, porque a lo que puede dar lugar es que la menor, ante el conflicto no lo cuente y se vaya a interrumpir su embarazo en la clandestinidad", indicó en entrevista con Onda Cero.
No obstante, aunque está de acuerdo con incluir esta norma en la nueva Ley del Aborto, reconoce que "no es un tema sencillo" y que están "abiertos a mejorar el texto de la ley", pero siempre partiendo "de la necesidad de proteger a las jóvenes, que tienen que decidir qué hacer con su futuro, en libertad, con toda la información, pero sin presiones".
"Lo deseable es que las acompañen sus padres en un momento tan difícil, pero a la hora de ponerlo en la ley es más complicado", acotó la vicepresidenta, quien aseguró "respetar" la posición que cada uno tome respecto al aborto, pero recordó que el Gobierno debe establecer el marco legislativo y que rechaza "añadir al drama de la mujer" que debe pasar por este trance, una condena del Código Penal.
Asegura que la nueva ley es "mucho más garantista que la actual", tanto para las mujeres como para los profesionales sanitarios, por lo que le sorprende la "posición de doble moral" de quienes quieren que se mantenga la actual norma sin ninguna modificación. "Si es más garantista, no entiendo el rechazo ni la crítica", porque el objetivo es evitar "que se hagan abortos en plazos inadmisibles", recalcó.
Por otra parte, al ser preguntada sobre el hecho de que públicamente se haya especulado sobre su condición sexual, la vicepresidenta dijo que, en materia de igualdad, aún "queda mucho camino por recorrer", ya que todavía en España queda "un poso de la sociedad patriarcal que durante siglos ha discriminado a la mujer".
"No es razonable tener que estar todavía justificando el talento o la capacidad" de una mujer y que se establezca "una doble vara de medir" para ambos sexos, indicó De la Vega, quien se mostró "orgullosa del trabajo de las mujeres y de cómo han avanzado", ya que "nadie les ha regalado nada" y a su juicio, serán ellas "el mayor elemento de cambio social de futuro".
Por otra parte, la vicepresidenta primera reveló que entiende el catalán, porque vivió "una de las mejores épocas de su vida en Cataluña", pero que "no lo habla muy bien", por lo que "es muy discreta" al emplearlo, "por pudor".