Sus dos compañeros siguen en poder de los terroristas de Al Qaeda. Gámez viajaba esta mañana a Burkina Faso, donde le esperaba la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, con la que regresará a España.
Los tres cooperantes fueron secuestrados en la tarde del pasado 29 de noviembre, cuando el vehículo de la caravana solidaria de la que formaban parte fue asaltado mientras circulaba por la carretera que une las localidades mauritanas de Nuadibú y Nuakchot.
El convoy, formado por un total de 14 vehículos que transportaban material de cooperación, viajaba en dirección a Dakar, capital de Senegal. En el momento del asalto, el vehículo de los tres cooperantes se encontraba a tres kilómetros del resto del convoy, que escuchó disparos a través de la radio que interconectaba a toda la expedición.
Cuando dieron la vuelta para buscar a sus compañeros, se encontraron el Land Rover vacío, con las puertas abiertas, con casquillos de bala alrededor, pero sin manchas de sangre. En ese lugar se podían ver también huellas de otro vehículo dirigiéndose hacia el interior del desierto.
Inmediatamente tras el secuestro, la Embajada española pidió al Ejército mauritano que escoltara al resto del convoy, formado por un total de unas 40 personas, hasta Nuakchott, mientras España, Mauritania y Malí desplegaron un dispositivo por tierra y aire para localizar a los secuestrados y evitar la huida de sus captores a otro país.
Menos de 24 horas después del secuestro, el ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, advertía de que el asalto a la caravana solidaria podía ser obra de Al Qaeda del Magreb Islámico, hipótesis que se confirmó el ocho de diciembre, cuando el grupo terrorista reivindicó el secuestro de los tres españoles y del ciudadano francés Pierre Camatte, apresado en Mali, y liberado el 23 de febrero.
Con el fin de no repetir los mismos errores que se produjeron en el secuestro del buque'Alakraba' por piratas somalíes, el Gobierno estableció desde el primer día un canal de comunicación fluido con las familias y la ONG a la que pertenecían los cooperantes, a través de la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, que les dio su número de teléfono móvil.
Además, el Ejecutivo --que creó una célula política y otra técnica para coordinar las gestiones encaminadas a la liberación de los españoles-- nombró al director general de Comunicación Exterior, Julio Albi, como el portavoz que centralizaría toda la información en torno al secuestro.
En realidad, al margen de unos escuetos comunicados que el Gobierno publicó a diario en los primeros días del secuestro, el Ejecutivo se ha limitado a pedir "prudencia y discreción" cada vez que la prensa le preguntaba por las gestiones para libertar a los cooperantes.
Hasta el 30 de diciembre el Gobierno no confirmó que uno de los secuestrados, Albert Vilalta, resultó herido de bala en una pierna durante el secuestro. La ONG informó entonces de que Exteriores tenía garantías de que los captores habían permitido que Vilalta recibiera la atención médica necesaria.
El Gobierno tampoco informó de qué condiciones pusieron los captores para liberar a los rehenes españoles. En el vídeo de reivindicación del 8 de diciembre, AQMI señalaba que haría llegar a los Gobiernos español y francés sus exigencias.
El grupo terrorista sí hizo públicas las exigencias para liberar al rehén francés (la liberación de varios de sus prisioneros) y a otra pareja italiana que sigue secuestrada, para los que pide la liberación de todos los prisioneros que figuran en una lista que está en manos de las autoridades transalpinas.
A pesar del secuestro, Barcelona Acció Solidària (BAS) decidió continuar con la caravana y cumplir así su objetivo. Se trata de una ONG fundada en 2000 que tiene su sede social la capital catalana.
BAS organiza "caravanas solidarias" por países del África Occidental desde el año 2000. Estos convoyes se encargan de abastecer de material para proyectos de cooperación a diferentes ONG que trabajan en Marruecos, Senegal y Gambia "a coste cero, en quince días y en las mejores condiciones posibles", según la página web de la entidad.
BAS también realiza otras labores como el apoyo al llamado turismo solidario y la sensibilización de la población de Cataluña sobre "la realidad" de los países del África Occidental y Oriente Próximo.