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Cristina Almeida celebra el 20-N con ganas de quemar los libros de César Vidal

En el mismo escenario de siempre, el Círculo de Bellas Artes, los mismos de siempre, Saramago, Bardem y compañía organizaron un acto de apoyo a Garzón. Cristina Almeida confesó su deseo de quemar los libros de César Vidal o Pío Moa, que han dejado en evidencia la historiografía izquierdista.

Gibson: El auto de Garzón es "apasionante"
En el mismo escenario de siempre, el Círculo de Bellas Artes, los mismos de siempre, Saramago, Bardem y compañía organizaron un acto de apoyo a Garzón. Cristina Almeida confesó su deseo de quemar los libros de César Vidal o Pío Moa, que han dejado en evidencia la historiografía izquierdista.
(Libertad Digital) Cristina Almeida no tuvo que llamar hijos de puta a los votantes del PP, o acusar a este partido de golpista para convertirse en la reina del enésimo aquelarre izquierdista que se celebra en el Círculo de Bellas Artes.  Le bastó con admitir que al ver los libros de César Vidal y otros historiadores que no se pliegan a la ortodoxia izquierdistas en El Corte Inglés le entran ganas de quemarlos.
 
Con estos argumentos tan sólidos han defendido el esperpento de Baltasar Garzón, motivo por el que se convocó este acto, celebrado deliberadamente el 20-N, aniversario de la muerte del dictador. Estaban los habituales Pilar Bardem, José Saramago o Ian Gibson.
 
Pero fue la ex diputada de IU y PSOE, quien tomó la palabra para calificar de "encomiable" el disparate jurídico perpetrado por el juez millonario, convertido en icono de la extrema izquierda. El momento cumbre de la perorata de Almeida fue el siguiente: "yo cada vez que voy y veo todas las cosas que hay en el Corte Inglés de historiadores, y claro ves al Vidal al otro al otro y tal, dices dios mío, si sería como prenderle fuego a todo el stand este, porque la verdad es que los ponen todos juntos".
 
César Vidal no fue el único atacado. También se refirió Almeida a "Pío Moa o toda esa gente que se está inventando una historia que no ha existido nunca, que sabemos que es la contraria a la que existió. Se están diciendo verdaderas burradas". En ese momento interrumpe otro contertulio y dice: y desde la radio de los obispos. Claro, responde Almeida. Pero como el protagonista era Garzón había que alagar: Ese auto debería ser un anexo a la Constitución española. La abogada llegó a proponer "un juzgado especial para esto".
 
No se libró ni la monja Sor Maravillas: "Gracias a Dios que no vamos a tener a la Madre Maravillas en el Congreso. No está Azaña e iba a estar la Madre Maravillas".
 
Entre el grupo de autodenominados "intelectuales y artistas" figuran los de siempre, eso sí, cada vez más entrados en años: José Saramago, Juan Goytisolo, Suso de Toro, Manuel Rivas, Ernesto Sabato, José Luis Sampedro, Paco Ibáñez y Pilar Bardem. El documento, que tiene también entre sus promotores a Ian Gibson, Emilio Lledó, José Vidal Beneyto y Fanny Rubio, celebra "el trabajo encomiable" del titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional "por lo que implica de reparación pendiente por nuestra democracia".
 
Todo en un 20-N en el que hemos oído a Zapatero abogar por no mirar el pasado. El mismo presidente del Gobierno que ha utilizado la llamada "memoria histórica" para dividir a los españoles y que no pierde oportunidad para recordar que uno de sus abuelos –el otro era franquista– fue fusilado por republicano.
 
El inquilino de La Moncloa dice ahora que la mayoría de los españoles "ya ni nos acordamos de lo que representa el 20-N" y que "es absolutamente marginal, testimonial, que ese día murió el dictador Franco". Zapatero, tras azuzar en los últimos años todo lo que ha podido la Guerra Civil, ha añadido que "los residuos que quedan irán desapareciendo poco a poco. Como es lógico, habrá gente con más disponibilidad a que eso suceda, y otros, con menos. Pero no hay prácticamente ninguna añoranza después de comprobar lo bien que se vive en libertad, en democracia y juntos".

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