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Rouco insta a vivir la familia "de forma distinta a la moda" en una misa multitudinaria

Centenares de miles de familias, un millón de personas, según la organización, celebraron en Madrid la Eucaristía en una ceremonia oficiada por el arzobispo Rouco Varela. En la homilía, defendió la plena "actualidad" de la familia cristiana.

Un MILLÓN de personas
Homilía de ROUCO VARELA
Centenares de miles de familias, un millón de personas, según la organización, celebraron en Madrid la Eucaristía en una ceremonia oficiada por el arzobispo Rouco Varela. En la homilía, defendió la plena "actualidad" de la familia cristiana.

L D (Agencias) En el trascurso de la Homilía de la Santa Misa celebrada este domingo en la madrileña Plaza de Colón, con motivo de la celebración de la fiesta de la Sagrada Familia, monseñor Rouco insistió en que el modelo de vivir en familia es la Sagrada Familia de Nazareth: "La posibilidad de vivir la familia en la integridad y belleza de su ser como comunidad indisoluble de amor y de vida, fundada en la donación esponsal del varón a la mujer y de la mujer al varón y, por ello, esencialmente abierta al don de la vida: a los hijos".

Así, constató, que la celebración en la Plaza de Colón tiene como objetivo preservar "este modelo de la verdadera familia, cuya actualidad no pasa nunca". En este punto recordó las palabras de Juan Pablo II acerca de que "¡El futuro de la humanidad pasa por la familia!" y las de Benedicto XVI sobre que la familia "es la principal agencia de paz".

"Estamos convencidos, por la gracia de Dios -la gracia que a todos se ofrece y que a nadie rechaza, a no ser que ella misma sea rechazada- de que no sólo es posible concebir, ordenar y vivir el matrimonio y la familia de forma muy distinta a la que en tantos ambientes de nuestra sociedad está de moda y que dispone de tantos medios y oportunidades mediáticas, educativas y culturales para su difusión, sino que, además, es la que responde a las exigencias más hondas y auténticas de amor y de felicidad que anidan en el corazón del hombre", aseveró.

El cardenal saludó a las "familias venidas de todos los rincones de España, junto a las familias madrileñas" en nombre de los obispos y sacerdotes presentes y agradeció que respondieran a su invitación para celebrar "eucarísticamente" el día de la Sagrada Familia en la Plaza de Colón "lugar vinculado por tantos y tan memorables acontecimientos a la más reciente historia de la Iglesia en España".

También se acordó de los abuelos, los niños y los jóvenes, los matrimonios, los padres y madres de familia "que llenáis con vuestros hijos la Plaza de Colón en este día tan señalado para las familias cristianas de España".  

Aseguró que los niños "necesitan del amor de un padre y de una madre para poder ser engendrados, traídos al mundo, criados y educados conforme a la dignidad que les es propia desde el momento en el que son concebidos en el vientre materno: la dignidad de personas, llamadas a ser hijos de Dios", agregó.

También tuvo palabras para la realidad del aborto y señaló que "estremece el hecho y el número de los que son sacrificados por la sobrecogedora crueldad" de esta práctica, que calificó como "una de las lacras más terribles de nuestro tiempo tan orgulloso de sí mismo y de su progreso". Los no nacidos sobre los que se cometió un aborto "son los nuevos 'Santos Inocentes' de la época contemporánea".

Finalmente, el cardenal se refirió a las muchas dificultades de toda índole -económicas, sociales, jurídicas y culturales, morales y espirituales- que se interponen en el camino de la plena realización de la vocación de esposos y de padres cristianos en las actuales circunstancias e insistió en que para afrontarlas hay que mirar y seguir el modelo de la Sagrada Familia de Nazareth, "siempre luminoso y siempre actual".

Así, dijo a los esposos presentes, es un "reto formidable" vivir en la actualidad el matrimonio "como os lo pide la voluntad de Dios", dado que "la cultura del relativismo egoísta, del interés y de la competencia de todos contra todos, y la cultura de la muerte son muy poderosas".

"El lenguaje de la creación es claro e inequívoco respecto al matrimonio: un varón y una mujer, el esposo y la esposa que se aman para siempre y ¡dan la vida!", declaró Rouco, quien consideró, recordando el discurso de Navidad del Papa Benedicto XVI a la Curia Romana, que "es necesario que haya algo como una ecología del hombre, entendida en el sentido justo", refiriéndose al valor insustituible de la ley natural como garantía del bien de la persona humana y de la familia.

Al término de la homilía, el cardenal instó a los presentes a "vivir el matrimonio y la familia como la Sagrada Familia de Nazareth", a "dar testimonio ante el mundo de la alegría honda y duradera que trae la familia cristiana" y a, como urgente, "vencer la cultura de la muerte con la cultura de la vida". "¡No hay duda! ¡el futuro de la humanidad pasa por la familia, la familia cristiana!", concluyó.
 

Mensaje del Papa

Antes, durante su tradicional rezo del Ángelus, el papa Benedicto XVI se dirigió a los fieles presentes en la "Misa de la Familia" en Madrid para pedirles que no dejen que "el amor, la apertura a la vida y los lazos incomparables" que unen su hogar se "desvirtúen".

"Dirijo un cordial saludo a los participantes que se encuentran reunidos en Madrid en esta entrañable fiesta para orar por la familia y comprometerse a trabajar en favor de ella con fortaleza y esperanza", dijo Benedicto XVI desde el balcón de su habitación en San Pedro del Vaticano. "Queridas familias, no dejéis que el amor, la apertura a la vida y los lazos incomparables que unen vuestro hogar se desvirtúen. Pedídselo constantemente al Señor, orad juntos, para que vuestros propósitos sean iluminados por la fe y ensalzados por la gracia divina en el camino hacia la santidad", añadió.

"Con el gozo de compartir todo en el amor, daréis al mundo un hermoso testimonio de lo importante que es la familia para el ser humano y la sociedad", dijo el Pontífice dirigiéndose en español a los participantes de la "Misa de la Familia". "El Papa está a vuestro lado, pidiendo especialmente al Señor por quienes en cada familia tienen mayor necesidad de salud, trabajo, consuelo y compañía", agregó.

Según el Papa, "la familia es ciertamente una gracia de Dios" que deja traslucir un "amor eternamente gratuito, que sustenta la fidelidad sin límites, aún en los momentos de dificultad o abatimiento".

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