Los clérigos de la ciudad fronteriza de Mandera anunciaron el pasado lunes que habían confiscado una serie de antenas de televisión por satélite porque estaban corrompiendo a los jóvenes en un país obsesionado por el fútbol y por las películas.
Una fuente de la seguridad local, que pidió a Reuters no ser identificado, informó de que "dos grupos, un grupo secreto del Servicio Nacional de Inteligencia y otro de la unidad antiterrorista, llegaron ayer jueves por la noche para investigar". El agente añadió que otro grupo había sido enviado al campo de refugiados de Dadaab en el que viven unos 270.000 refugiados somalíes, una región de mayoría musulmana.
También declaró que los residentes en Mandera, situada a pocos kilómetros de la frontera, afirmaron que rebeldes somalíes de Al Shabaab, vinculados con la red terrorista de Al Qaeda, había realizado llamadas telefónicas para felicitar a los clérigos.
Un portavoz del Gobierno negó el despliegue policial, pero un clérigo de Mandera, Sheikh Daud Sheikh Mahmud, dijo que había sido informado de la llegada de los oficiales de la Inteligencia.
El Comisario del Distrito de Mandera, Francisco Lenyangume, pidió calma por el miedo a que los insurgentes extremistas del sur de Somalia puedan extender su influencia a través de la frontera y aseguró que fue un comité de seguridad local quien había cerrado las salas de cine. "El cierre de las salas tienen la autorización del Gobierno", acusó.
Lenyangume explicó que los padres apoyaron el cierre de estos estudios porque los frecuentaban vendedores de drogas y porque se proyectaban películas pornográficas. También subrayó que los habitantes de la zona son libres para ver la Copa del Mundo de Fútbol, que se celebrará el próximo mes de julio en Sudáfrica, en sus casas por Satélite.