Los dardos envenenados de Juan Luis Cebrián, consejero delegado del Grupo Prisa, cambiaron de dirección en el momento en que se desató la guerra del fútbol y los amigos de Zapatero, Mediapro, se quedaron con una tarta que Cebrián quería para él sólo. El apoyo de Moncloa al grupo de Roures fue visto como una traición y la herida sigue abierta.
Ahora es mucho más frecuente que las críticas de Cebrián se dirijan al Gobierno y al PSOE que al PP. Así sucedió este lunes en Málaga, según relata Agustín Rivera en la crónica que publica en El Confidencial.
Cebrián pronunció una conferencia en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga sobre "el periodismo que viene". Dice Rivera en su crónica que fue "larga, algo monótona en las formas y llena de datos, estadísticas y ejemplos". El consejero delegado de Prisa disertó sobre el futuro de la prensa escrita. Nada nuevo bajo el sol: "No es la prensa escrita la que está amenazada, sino el soporte. Cada vez hay más lectores de noticias, pero son lectores digitales".
Lo interesante estuvo en sus ataques al Gobierno y, particularmente, a Zapatero. Dijo Cebrián que los políticos "no les gustan las malas noticias, sólo las buenas", y no se pierdan el ejemplo que puso: "Se nota cuando dicen sobre la crisis económica: Ya ha pasado lo peor; también sobre los brotes verdes. En castellano ya sabemos lo que significa los brotes verdes: un capullo".