En una entrevista en su propia emisora, el consejero delegado de Prisa no ha escatimado ataques al Gobierno, cuya decisión de aprobar por decreto la TDT de pago ha dejado en una muy delicada situación a su grupo. Tras la decisión gubernamental, Prisa ya había dejado claro que la guerra con el Ejecutivo estaba abierta. Por si había alguna duda, la beligerancia de Cebrián desde su propia emisora lo ha terminado de dejar claro.
El ex director de El País comenzó hablando del fracaso en las negociaciones para la fusión con el grupo Imagina –La Sexta y Mediapro– y apuntó, en un primer ataque de muchos, que "no es normal" en un proceso de este tipo "la irrupción del Gobierno" como si fuera un "Gobierno de república bananera". "Está generando inseguridad" entre las empresas, apuntó Cebrián.
"No me preocupa la competencia entre dos grupos", dijo en alusión al nacimiento del peligroso rival para Prisa, Gol TV, "sino la calidad de la democracia". En su opinión, nuestro Gobierno ha hecho en este asunto "de su capa un sayo". "Esto es una democracia moderna y no se puede despreciar a nuestras instituciones", declaró Cebrián.
En tono victimista, el consejero delegado de Prisa dijo haber tenido la "sensación" de "estar negociando con el BOE" durante el frustrado proceso de fusión con La Sexta. "Hay que poner freno a la intervención del Gobierno en los mercados", declaró, solemne, Cebrián, que no decía lo mismo cuando eran otros los beneficiados por decisiones gubernamentales.
Para Cebrián, es "evidente" que se ha aprobado la TDT de pago sin que hubiera "ningún consenso" y reveló que en la reunión del Consejo de Ministros que aprobó la medida ninguno de los presentes disponía de los datos necesarios. "A mí me han dicho que no hubo ninguna documentación. Esto es una voz de mando y esto no se lo merece España", afirmó.
Tras reiterar que su grupo va a emprender medidas legales, dijo que lo que él más le preocupa "no es la cuestión de la TDT de pago, con la que estoy de acuerdo, ni la competencia". "Lo que me preocupa es que la democracia se basa en la división de poderes" y "el decreto-ley es sólo para casos de extrema urgencia", insistió Cebrián. "Que me vengan a explicar qué urgencia había en este decreto... es una arbitrariedad", continuó el directivo de Prisa con creciente indignación.
En un nuevo dardo a Miguel Sebastián, al que el grupo culpa muy especialmente de lo ocurrido, declaró que esto "es a lo que nos tiene acostumbrados este Gobierno, que dice que la manera de ahorrar energía es quitarse la corbata". Para Cebrián, lo que "este país necesita" son "líderes" y no "enfrentamientos, disensión y frases brillantes y populistas". "Este decreto forma parte de la miriada de irresponsabilidades del Gobierno", llegó a decir Cebrián, para quien lo ocurrido es una "guinda más" en la forma de gobernar "por capricho" de Zapatero.
Ataques también desde El País
Cebrián no sólo se desahoga en la SER. Este mismo viernes, también firma un artículo en los mismos términos en el que alega que sus quejas se deben a la preocupación por la "calidad de la democracia" y no por la llegada de una competencia a su sector que puede terminar de hundir a su grupo.
En el artículo, titulado "Un desatino", dice que su irritación con el Gobierno se debe al uso de un mecanismo de urgencia, el decreto-ley, para legislar. Algo que, afirma, degrada la calidad de la democracia. Tras estas opiniones llegan los furibundos ataques al Gobierno: tacha de "abuso" la aprobación de la TDT de pago y lanza una advertencia al Ejecutivo que puede ser el prólogo de la nueva postura de su grupo frente a Zapatero: "La ideología no es ninguna frontera para la incompetencia. Tampoco para la corrupción".
Cebrián no duda de que la aprobación de la TDT de pago era urgente sólo porque perseguía "favorecer los intereses de una empresa cuyos propietarios están ligados por lazos de amistad al poder". "Gobernar para los amigos desdice de la transparencia exigible a cualquiera", insiste. Y se queja de que con Zapatero y Sebastián, "el panorama audiovisual español ha sido manoseado hasta la obscenidad" con "medidas parciales y caprichosas".
Para Cebrián, el Ejecutivo, con este decreto, ha utilizado de forma "arbitraria e inmoral" unos "procedimientos legislativos de urgencia para satisfacer los deseos, las manías y las ensoñaciones del mando". El "impulso democrático", apunta, "está en peligro". Y se esfuerza en tratar de convencer de que toda esta catarata de ataques se deben a su preocupación por la democracia española y no al perjuicio inmediato que le llega a su grupo, en una ya más que precaria situación económica. Ellos, dicen, veían en la TDT pago "una oportunidad", pero siempre que se aprobara más adelante, con la Ley General Audiovisual. "Ningún demócrata que se precie de serlo puede pasar por alto semejante desatino", finaliza Cebrián tratando de justificar su enfado.