Que pena que su Dios Stalin no termino con el, igual que machaco a su pueblo, cuanto no se habria ganado.
También hay muchos socialistas, la gran mayoría, que son tan de "derechas" como yo si no más.
Se le ha olvidado decir "igual de hipócritas que él".
Todo un ejemplo de maldad, ruindad y rencor. Este pobre diablo qué sabrá él de fe, de esperanza y de caridad?. Además está visto que los prejuicios son su principal alimento, lo cual a su edad no deja de ser bochornoso. Recíclese, conviértase y déjese de mentiras, que un viejo mentiroso queda fatal. ¡Ah! y ocúpese de si mismo que ya los clérigos se encargarán si mismos.
Setién, por ejemplo, es el peor y más claro espécimen de un obispo ateo; aunque no el único...
Entre la clerigalla hay ateos a porrillo y algunos potencialmente tan asesinos como Carillo. Les han faltado oportunidades.
mas vale que te calles o no te acuerdas de paracuellos, vete de una vez al infiierno sinverguenza
Tiene Vd. razón Carrillo. Hay muchos profesionales de la religión que son ateos, pero asesinos como Vd. ya no son tantos.
Este individuo me produce asco y vergüenza. En un país serio no podría estar paseándose tan tranquilo por la calle. Una de las escenas más horrorosas que recuerdo haber visto en TV es una actuación de Mari Carmen (la de los muñecos, que a mí, dicho sea de paso, nunca me ha hecho ni puta gracia) en la que se acercó con una de sus "criaturas" a saludar a este genocida, que estaba entre el público asistente... También he visto con repugnancia fotos suyas con famosos como el payaso Miliki y otros... Y el rey, al que Carrillo puso como hoja de perejil en la famosa entrevista con Oriana Fallaci cuando Juan Carlos aún era príncipe, venga a lamerle el culo y a darse abrazos con este hijo de puta... Como diría la Duquesa de Alba, ¡ESTO ES UNA MIERDA!
Pues probablemente tiene algo de razón.Como dice javf17,Mao Setién está a la altura de esta hiena en lo de ateo y en lo de hijo de puta.Y en esto último,ahí ahí se andarán.
Que haya cardenales y obispos ateos es muy viejo y conocido. Y desde el Concilio Vaticano II ya se han quitado la careta, ya se han desmelenado y aparecen como lo que son: Una punta de masones de siete suelas, enemigos de Dios y de la Iglesia Católica.
El fiel, valiente y santo monseñor Lefebvre quiso luchar contra todos ellos y ya vimos como le fue al pobrecillo.....