En 2005, José Bono compró un caballo al jinete francés, Robert Breul, y que después ha utilizado su hijo en distintas competiciones nacionales. Para ello, el presidente del Congreso entregó a un estrecho colaborador 100.000 euros en billetes de 500 euros envueltos en papel de periódico.
Según cuenta El Confidencial, el entonces ministro de Defensa realizó otra maniobra cuatro meses después de su adquisición y es aquí donde aparece por enésima vez el nombre del empresario Rafael Santamaría, amigo íntimo de Bono, y cuyas empresas siempre aparecen en las polémicas con el patrimonio de Bono.
El presidente del Congreso facturó el caballo a nombre de Rafael Hoteles S.A, propiedad de Santamaría, y curiosamente el hotel en el que se alojan los obreros que hacen la reforma en el piso que Bono regaló a su hijo en el centro de Madrid.
Este caballo habría sido otro regalo de Santamaría a Hipica Almenara S.L., propiedad de José Bono y en menor porcentaje de sus hijos. Y fue uno de ellos, jinete profesional, el que montó este animal durante tres años en diferentes competiciones.
La operación de compra se habría producido en un despacho cerca de Toledo que ocupa desde que era presidente de Castilla-La Mancha y que se encuentra muy cerca de su vivienda de Olías del Rey. Fue allí donde Bono entregó a su persona de confianza, trabajador de la Hípica, el dinero envuelto cuidadosamente en varias hojas de periódico.
Con el dinero de esa guisa viajó hasta la localidad francesa de Les Bréviaires, a 50 kilómetros al suroeste de París, donde pagó el importe del caballo a un intermediario.