El papa Benedicto XVI "condenó y deploró" este lunes los casos de sacerdotes pederastas y tras exigir el "respeto" hacia los más pequeños aseguró que la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer es el "ambiente natural" para el desarrollo de los niños.
Benedicto XVI hizo estas manifestaciones en el discurso que dirigió a los participantes en la reunión plenaria del Consejo Pontificio para la Familia, que ha analizado los derechos de la infancia, a los que recibió en el Vaticano.
"La Iglesia siempre ha promovido la tutela de la dignidad y de los derechos de los menores. Por desgracia, muchas veces, algunos de sus miembros, actuando en contra de ese compromiso han violado esos derechos, un comportamiento que la Iglesia jamás dejará de deplorar y de condenar", afirmó el Papa.
El Obispo de Roma agregó que "las duras palabras" de Jesús contra quien escandaliza a los pequeños ("los que escandalizan a los pequeños merecen que les cuelguen una piedra de molino al cuello y los tiren al mar") "obligan a todos" a no bajar, nunca, el nivel de ese respeto y amor".
El Pontífice subrayó que la Santa Sede apoya la Convención sobre los derechos de la infancia, ya que contiene propuestas positivas sobre la adopción, cuidados sanitarios, educación, tutela de los discapacitados y protección de los pequeños contra la violencia, el abandono y la explotación sexual y laboral.
Esta condena de los casos de curas pederastas se produce pocos días antes de que los próximos 15 y 16 se reúna de nuevo en el Vaticano con los obispos irlandeses para analizar de nuevo los abusos cometidos durante años a menores por curas católicos en ese país y afrontar los problemas creados.
No se descarta que durante esas reuniones Benedicto XVI les entregue la carta que prometió a los fieles católicos irlandeses el pasado mes de diciembre, en la que les indicará "claramente", según dijo, las iniciativas que se adoptarán para responder a la situación.
Benedicto XVI manifestó también hoy que la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer es el "ambiente natural" para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros y en particular de los niños y agregó que esa institución "es la ayuda más grandes que se pueda ofrecer a los pequeños".
"Ellos (los niños) quieren ser amados por una madre y un padre que se quieren y necesitan vivir y crecer con los dos progenitores, ya que la figura materna y paterna son complementarias en la educación de los hijos y en la construcción de su personalidad y de su identidad", dijo el Pontífice.
El Papa Ratzinger señaló que es "importante" que se haga todo lo posible para que el niño viva en una familia "unida y estable" y que con ese objetivo hay que exhortar a los cónyuges a "no perder jamás de vista" las razones profundas y la sacramentalidad de pacto conyugal y de reforzarlo con la Palabra de Dios, el rezo y el diálogo constante, la aceptación y el perdón recíproco.
También subrayó que un ambiente familiar donde no haya serenidad los padres estén separados o divorciados "tiene consecuencias" para los niños y que por ello apoyar a la familia, promover su verdadero bien, sus derechos, su unidad y estabilidad es el mejor modo de tutelar los derechos y las auténticas necesidad de los menores.