(Libertad Digital) Antes de la presentación del libro, editado por Temas de Hoy, se ha proyectado un vídeo, elaborado por Libertad Digital Televisión, en el que entre imágenes de la vida de Jiménez Losantos y canciones de aquella época, se intercalaban saludos de amigos que no han podido acompañar al periodista en la presentación del libro. Alejo Vidal Quadras, Arcadi Espada, Loquillo, Alberto Fernández Díaz, Francisco Caja, Antonio Robles y Albert Rivera han saludado la aparición del nuevo libro, que retrata una Barcelona vivida y añorada por algunos, o desconocida por quienes como Albert Rivera son demasiado jóvenes.
En la presentación del libro acompañaron al autor Javier Rubio, Amando de Miguel y dos representantes políticos, Maite Nolla por Ciudadanos y Daniel Sirera por el Partido Popular. Amando de Miguel terminó su intervención diciendo: "voy a anunciar a los presentes que el libro de Federico no sólo encabeza la lista de los más vendidos, sino que también encabeza la lista de los más leídos". A la sala del hotel Palace acudieron personalidades como el presidente de Libertad Digital, Alberto Recarte, y el empresario Manuel Pizarro. El historiador Ricardo de la Cierva y Alaska, amiga del autor. Los políticos Ángel Acebes y Eduardo Zaplana o intelectuales como Gabriel Albiac o Agapito Maestre.
"A los españoles nos tocaba ser generosos"
Federico Jiménez Losantos, vicepresidente de Libertad Digital, comenzó su intervención ironizando sobre el hecho de que en el Hotel, camino de la gran sala en que le esperaba un nutrido público, se encontró con Sánchez Llibre y Durán Lleida, dos conocidos políticos nacionalistas. Con un tono emotivo, el escritor reivindicó, ante una referencia de Arcadi Espada a Barcelona como “lo que pudo haber sido”, la ciudad que, como dice el título de su libro, “fue”. “Pudo haber sido y fue”, siguió, “porque entonces había una generación de políticos catalanes, de la que formaba parte Tarradellas, que era consciente de sus deberes morales”. Aquellas figuras, que luego no han tenido la relevancia de los Pujol o Maragall, eran conscientes de que "entonces a los españoles nos tocaba ser generosos”.
En un largo capítulo de agradecimientos, que abrió con los editores del libro, Federico Jiménez Losantos hizo mención especial a José García Domínguez, colaborador habitual de Libertad Digital, y que con sus intervenciones en radio y en nuestro periódico le ha ayudado a “no cortar nunca con aquella ciudad”.
El atentado en primera persona
También dedicó unas palabras para el “Loco de la colina”, que le entrevistó en Televisión Española, porque con su particular estilo le hizo revivir el episodio del secuestro por parte de dos terroristas de Terra Lliure y el disparo que le hirió una pierna. Javier Rubio, en su presentación de su amigo y del libro, había mencionado cómo aquel hecho les hizo ver antes de tiempo que “la vida iba en serio”. Después de contar aquél hecho por primera vez, ha declarado Losantos, “me sentí bien” y se animó a reflejarlo como ocurrió en su reciente obra.
De hecho es la primera vez que el de Teruel cuenta en primera persona lo ocurrido aquel día. En Lo que queda de España, que es el antecedente de este libro, Losantos se limita a reflejar la noticia como la reflejaron los periódicos entonces. Precisamente el origen de La ciudad que fue está en la primera intención del autor de poner al día el prólogo que escribió para la tercera edición de aquél libro.
El autor cerró los agradecimientos con la mención a "los actos heroicos, dispersos como son este tipo de fenómenos”, de quienes se han enfrentado estos años a la “dictadura blanca” que describió Tarradellas, y quienes están en este momento en la lucha por los derechos y por la libertad de los catalanes.
"El mejor columnista en español"
Javier Rubio, que fue la primera persona a quien se refirió Jiménez Losantos al tomar la palabra, abrió la presentación del libro con un recuerdo personal de su amigo y compañero de vivencias. “Federico es el tipo más generoso que he conocido”, dijo, “no como yo, que soy más bien tacaño”. Una generosidad que también tiene para escribir, siguió, “mientras que yo sólo escribo cuando no tengo más remedio”. Losantos, dijo, “se ha convertido en “el mejor columnista en español de hoy”.
La rabia y la ternura
Amando de Miguel comenzó su presentación recordando que a los dos les echaron de El País “cuando se convirtió en un periódico sectario”, de Cataluña “cuando llegó a ser una tribu layetana”, de Antena 3 “cuando fue fagocitada” por Prisa y del ABC “cuando dejó de ser el diario de Lord Anson”. “No somos paranoicos”, ironizó De Miguel, “no es que sean persecuciones, es que son fatigas”.
Losantos reúne, según el sociólogo, “las dos virtudes catalanas: la rabia y la ternura”. Dos elementos que aparecen en La ciudad que fue, que es “sin duda, el mejor libro de Federico Jiménez Losantos, por ser el libro más literario”. Un libro que constituye una “biografía de su educación en el sentido americano del término”, es decir, la que está conformada por el conjunto de experiencias que le hicieron crecer personal e intelectualmente. La ciudad que fue es “una especie de grito contra lo que han creado los nacionalistas”.
Las memorias, "cuando sea más joven"
Las dos últimas presentaciones corrieron a cargo de dos políticos jóvenes, Daniel Sirera y Maite Nolla, del Partido Popular y de Ciudadanos respectivamente. No vivieron aquellos años, pero ambos encontraron paralelismos con la situación que se vive actualmente. Maite Nolla, en concreto, considera que con La ciudad que fue “se entiende la política catalana de hoy en día, porque las actitudes de la izquierda de hoy son las que describe Federico en su libro”.
Daniel Sirera, por su parte, recuerda cómo “nuestra generación sólo ha conocido una Barcelona, una Cataluña, la nacionalista”. No obstante, “muchos no hemos sido nunca nacionalistas, no lo somos ahora y nunca lo seremos”. Sirera expresó su deseo de que Federico pudiese escribir “otro libro para la Cataluña que yo quiero para mis hijos”.
Federico Jiménez Losantos anunció ante la audiencia que esa misma mañana había rechazado una oferta por sus memorias. “Soy demasiado mayor” para eso, dijo. “Quizá cuando sea más joven”.