La placidez y corrección con el que todos los medios han tratado la intervención quirúrgica del Rey Don Juan Carlos puede haber tocado a su fin. Al margen del alivio por la pronta recuperación del monarca, ahora son las circunstancias asistenciales las que se sitúan en el centro de la polémica.
El Rey ingresó el sábado en el Hospital Clínico de Barcelona –de titularidad pública– para extirparle un nódulo pulmonar, que ya le fue detectado a finales de abril. Ninguna convención ni costumbre obliga al monarca a escoger un centro público, del mismo modo que tampoco lo están el resto de miembros de la Casa Real: las Infantas, o incluso Letizia, dieron a luz en la Clínica privada Ruber Internacional, sin ningún tipo de problema.
Sea como fuere, el Rey optó por un hospital público... ¿o no? En rueda de prensa oficial, así se hizo patente, pero el asunto no está tan claro. Fuentes internas del Hospital Clinic han confirmado a Libertad Digital que en realidad el monarca ingresó oficialmente por Barnaclinic, una clínica privada que opera dentro del centro. De hecho, se trata de una de las más prestigiosas de Cataluña, entre otras cosas por contar entre sus clientes con personalidades como las hermanas Koplowitz.
"Es una clínica VIP, de eso no hay duda" aseguran. A las razones por las que deliberadamente se ha ocultado a la opinión pública la naturaleza del lugar de la intervención, se añaden otros "puntos oscuros" más.
Y es que, la convivencia entre esta Clínica privada –Barnaclinic– insertada en un Hospital público puede tildarse de todo, menos de tranquila. La propia web del Clínic asegura que "la empresa Barnaclinic tiene la vocación de desarrollar actividades asistenciales para los pacientes no financiados por el sistema público de salud". Sentencia que despierta las iras del Comité de empresa del hospital, y del sindicato CGT, afirmando que es "radicalmente falso".
Según han relatado a LD, la realidad es la siguiente: Barnaclinic, a pesar de su gestión y facturación privada, emplea "el material, el personal, los quirófanos, las máquinas de rayos, hasta las UCIs" del centro público. Ello, al margen de consideraciones morales – los pacientes que pagan su cuota por la asistencia privada son atendidos con medios costeados públicamente- degenera en un "horrible funcionamiento" y en tener al personal sanitario "bastante cabreados con el tema".
El entuerto continúa. Desde el Comité de empresa y desde CGT llevan denunciando tiempo esta situación, ya que tiene largos flecos: "Los mismos cargos del Barnaclínic como empresa, se repiten en el Hospital Clínic, que su vez se repiten en la fundación privada...." relata la fuente. Lo que subyace en el fondo de todo es que en Barnaclinic "están cobrando unos servicios de hotel de lujo a unos clientes, que se costean con material público, gente que atienden nuestras enfermeras" asegura "cuando en el hospital estamos hasta arriba".
El trato al Rey
Como cabía esperar, el monarca fue atendido con todo tipo de atenciones. Las del Barnaclinic, según estas fuentes, que la propia clínica desglosa en su web. A las incomodidades de seguridad provocadas por alojar un Jefe de Estado, se añadieron también las derivadas de esconder que era en la clínica privada donde realmente ingresó Don Juan Carlos.
Ello supuso todo un zafarrancho, que provocó situaciones dantescas: "Le cambiaron la sábana, le pusieron las sábanas del Clínico por si aparecía alguna foto, cuando en realidad es un paciente de Barnaclinic" indicó a Libertad Digital el personal del centro.
Las incomodidades continuaron: "A los propios clientes de la Clínica privada se les movió al hospital público" para dejar al monarca en total privacidad en planta séptima. Ello no sentó bien entre los enfermos, que según la fuente "están acostumbrados a un tipo de trato de lujo, porque hay protocolos concretos, que luego exigían también en el Hospital" relata.
Lo mismo ocurrió con las UCIS, que "son del hospital, no de la Clínica. Tenemos cinco, y quedaron reservadas " con el consiguiente perjuicio para las necesidades de un Hospital General, que además tuvo que prestar su quirófano- Barnaclínic no tiene propios- para operar en sábado, "cosa nada habitual" manifiestan. La situación continúa en colapso este mismo lunes: "Han anulado todo. Generalmente han unas dos horas de lista de espera, y hoy no hay nadie" aseguran estas fuentes".
Al margen de lo sucedido con el Rey, esta situación ha llevado a las organizaciones sindicales a preparar una queja ante Trabajo, aunque se confiesasn con poca esperanza de que prospere, por las "consideraciones políticas" que hay detrás.