Los argumentos del Ejecutivo para defender sus iniciativas rozan lo ridículo. La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, ya trató de justificar su ley del aborto afirmando que un feto "no era un ser humano sino un ser vivo". Cuando esto parecía insuperable, el diario ABC informa sobre otra declaración de la ministra responsable de esta ley.
De hecho, las palabras de la ministra de Igualdad están recogidas en una respuesta parlamentaria a UPN, con seis meses de retraso. De este modo, Aído asegura que "el Gobierno no puede compartir la afirmación de que la interrupción del embarazo sea la eliminación de un ser humano".
Sin embargo, las contradicciones en sus palabras son notorias. Primero afirma en su contestación a este grupo que "el Estado debe proteger la vida del no nacido y ello debe hacerse desde el inicio de la gestación y hasta el momento del nacimiento".
Pero esta afirmación contradice lo regulado por el Ejecutivo por lo que poco después intenta hacer una defensa de su ley diciendo que "abortar no supone acabar con una vida humana porque sobre el concepto de ser humano no existe una opinión unánime, una evidencia científica, ya que por vida humana nos referimos a un concepto complejo basado en ideas o creencias filosóficas, morales, sociales y, en definitiva, sometida a opiniones o preferencias personales".