"Esto no es como en CSI, que ponen el hueso en una máquina y ya está... Nosotros miramos, comparamos con otras muestras, nos basamos en nuestros conocimientos... Es un trabajo subjetivo. El perito depende de su experiencia profesional, de la calidad de los restos y de la tranquilidad que tenga a la hora de estudiarlos. A veces la presión es tremenda..." Estas palabras las pronuncia Josefina Lamas, la forense policial del caso Bretón que falló garrafalmente en su informe asegurando tajante que los huesos hallados en la finca de Las Quemadillas correspondían a animales y no a seres humanos.
Apartada de todo y de todos siguiendo la recomendación de sus superiores, ha concedido una entrevista a El Mundo donde justifica su actuación sin un ápice de autocrítica. Y es que en ningún momento admite abiertamente que se trate de la forense del caso.
La pregunta clave – ¿es posible confundir huesos de animales y de humanos? – la contesta de la siguiente manera: "Si te encuentras huesos completos de animales es muy fácil identificarlos. Sin embargo, si están muy quemados y son de individuos jóvenes, te pueden llevar a confusión. Todos los huesos de cachorros, incluyendo los humanos, se parecen mucho entre sí en esas condiciones".
No obstante, dos fueron los expertos que identificaron claramente huesos de seres humanos de corta edad entre los restos de la hoguera: el forense Francisco Etxebarría y el paleoantropólogo, José María Bermúdez de Castro.
Al primero recurrió la familia materna de los pequeños ante el bloqueo del caso. Algunos agentes, meses antes de que lo solicitaran los familiares, pidieron a sus jefes que se realizaran nuevas pruebas a los huesos. "Eso ya está cerrado", replicaron. Y es que el informe de Lamas no dejaba lugar a dudas: "Los restos estudiados son todos de naturaleza animal; de edad subadulta y de distintos tamaños (roedores, pequeños carnívoros, pequeños herbívoros y omnívoros). En esa hoguera no se ha producido la incineración de ningún cuerpo o resto humano".
Cuando llegó el desmentido radical de Etxebarría, la forense siguió manteniéndose firme en sus resultados. Es más, aseguró que el nuevo informe no reunía los requisitos necesarios para procesar a José Bretón por el asesinato de sus dos hijos. Pero luego llegaron las conclusiones de Bermúdez de Castro, que respaldaban a Extebarría. Fue aquí cuando se empezaron a admitir errores por parte de la forense, pero no tacha en su trabajo: "Esta misma semana, cuando se supo todo, Josefina mantenía que se había acertado", revela un afiliado al SUP, sindicato al que pertenece también la forense.
"Esto no es una ciencia exacta. A veces, vas a dos médicos y uno ve un tumor donde otro no. ¿Eso significa que el que se equivoca quiera matarle? Hablamos de cosas subjetivas...También colaron los diarios falsos de Adolf Hitler al Sunday Times, que es uno de los mejores periódicos del mundo...", se justifica esta forense ante El Mundo.
Pero sus superiores no desconfiaron de su palabra. Josefina Lama es licenciada en Medicina y Cirugía, acumula 32 años en el Cuerpo, de los que la mitad los ha pasado en su actual puesto de perito forense. Además, no está sola: forma parte de un equipo de nueve personas, cinco mujeres y cuatro hombres, que a la vista de los hechos respaldaron su informe.
Por otro lado, Lama ha participado en los casos más complejos: el 11-M, el accidente de Spanair, el Yak-42, la comisión de expertos sobre el Valle de los Caídos..., recoge el diario de Pedro J. "Desde luego Josefina no es una indocumentada; lleva mucho tiempo en esto", remacha un alto cargo sindical.
"Lo único que pido es que no se pierda el sentido de la proporción. Aquí el malo es Bretón. La víctima es Ruth, la madre de los pequeños. Y los demás sólo somos profesionales que hemos trabajado como es nuestro deber", sentencia Lamas.