Un fresco de la iglesia del Santuario de la Misericordia, en la localidad zaragozana de Borja, ha quedado irreconocible tras la intervención de una vecina, que decidió, sin pedir permiso a nadie, restaurarlo. El fresco, en muy mal estado, es una obra del pintor Elías García Martínez, de principios del siglo XX.
Lo ocurrido fue dado a conocer por el Centro de Estudios Borjanos, en cuyo blog aparecen imágenes del antes y el después de la actuación de la vecina. Según varios medios, sería una octogenaria que actuó guiada por la buena voluntad.
Mientras desde la familia del pintor se plantean tomar acciones legales por los desperfectos, en el Ayuntamiento anuncian que se han puesto en contacto con un equipo de restauradores para ver si es posible devolver al fresco, que estaba muy deteriorado, su estado original.