Draghi dejó ayer claro quién es el "puto amo", que diría Guardiola. "Draghi cede ante Alemania y hunde a España e Italia", "da un paso atrás" y nos deja en la "estacada", dice El Mundo. "Había decepcionado tanto que, probablemente, su credibilidad se verá muy afectada", continúa esperanzado en que pague caro lo que nos ha hecho. Pedro J. califica de "verdadero mazazo" el revés que nos pegó este señor tan juguetón. Regaña a Rubalcaba por decir "culo" –esa boca, niño- "de forma gráfica aunque excesivamente coloquial" y declara desolado que "el camino que marcan Alemania, sus aliados y el BCE es el del ajuste duro". Así que a ver si Rajoy se deja ya de rodeos y nos cuenta de una vez si acepta "el diktat que Draghi le planteó ayer por encargo de sus únicos señores".
El País va directo al grano. "El BCE empuja a España a otro rescate". No se le ablanda el corazón con el pobre Rajoy, que está en la "endiablada tesitura" de pedir el rescate "o arder en los mercados". Y abre un camino inquietante destacando una frase de Rubalcaba. "España está pagando carísima la pertenencia al club del euro". "Durante años", dice el periódico, "ese club tuvo muchas ventajas pero ahora ha dejado al país indefenso frente al ataque de los mercados". ¿Va a iniciar una campaña El País para que mandemos a la UE a freír espárragos? Estaremos atentos. El editorial dice que Draghi "aplicó ayer un doloroso correctivo" a los que esperaban que echara una manita, o sea, todo el mundo. "Alemania ha impuesto su modelo", Rajoy "fue decepcionante" intentando irse por la tangente para variar mientras Monti estuvo fenomenal y "respondía correcta y prudentemente". Y nos olemos que el presidente se volverá a comer "sus enfáticas promesas" por su dichosa manía de decir de este agua no beberé y pedirá un rescate "con unos ajustes draconianos".
ABC tiene un cabreo importante con Draghi y se tira a su yugular. "Draghi se arruga. Hunde la bolsa y dispara la prima de riesgo". El presidente del BCE "se ha plegado una vez más a los designios de Berlín contradiciendo su mensaje lanzado la pasada semana, lo cual constata su ausencia de credibilidad ante los inversores". Jaime González concluye que ayer no fue nuestro día. "Algunos conspicuos analistas filosofaban ayer sobre el trompicón del Rey para concluir que el porrazo fue una señal premonitoria del tortazo que nos dieron los mercados tras las palabras de Draghi, y para colmo, se vino abajo la bandera de España de la plaza de Colón". Ay, Dios.
La Razón tampoco se corta un pelo. "Draghifobia", titula. Calcadito de ABC dice que "parece obvio que el BCE se ha plegado a Alemania" cuando "debe ser parte de la solución y no un freno por el sometimiento a los intereses de Alemania". ¿No han pensado estos periódicos en fusionarse?
La Gaceta, que es muy lista, sabe lo que ha pasado. "Merkel usa a Draghi para castigar a Rajoy por no reformar la estructura del Estado". Seguro, está Merkel dándole vueltas y vueltas a la estructura del Estado español a ver cómo lo arregla. Draghi es un "títere en manos de Merkel" y "la ruptura del euro cobra cada día más fuerza", dice. Critica duramente Intereconomía la "absurda valoración de espaldas a la realidad" que hicieron Rajoy y Monti del discurso del presidente del BCE diciendo que estaba chupi guay, que era "reconfortante" mientras la bolsa caía a los infiernos y la prima cogía el ascensor. "Increíble", dice. Lo suscribimos.