El ministro José Ignacio Wert ha dejado claro, durante su intervención en el Campus FAES, que tratará de buscar el máximo acuerdo y consenso para llevar adelante su reforma educativa pero que si éste no llegara no va ser un impedimento para sacarla adelante. "No vamos a supeditar la esencia de la reforma a ese consenso", subrayó el ministro, que añadió que su intención es "tramitarla con la máxima diligencia".
"Se trata de una reforma sensata, prudente, no es ideológica, a no ser que consideremos ideológico pretender que los españoles tengan una mejor educación", aseguró Wert. Sin embargo, poco antes el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ya avanzaba las líneas rojas que los socialistas no están dispuestos a sobrepasar; esto es, que no existan reválidas, que no se segregue a los alumnos y que se eviten los recortes.
Reválidas "externas"
Precisamente han sido las reválidas unas de las grandes protagonistas del discurso que este jueves ha expuesto el ministro de Educación. Wert ha apostado decididamente por "la cultura de la evaluación" de modo que "todo final de etapa" venga "marcado por una prueba externa" para "estar seguros de que el sistema funciona de una forma razonable".
El titular de Educación aboga por "la instalación consistente y robusta" de pruebas externas en todo final de etapa: Primaria, ESO y Bachillerato porque el sistema educativo español "se ha deslizado hacia la mediocridad".
La Selectividad "no funciona"
"La única prueba de evaluación final de ciclo que más o menos ha persistido, que ahora se llama PAU, realmente no funciona porque evidentemente, si la anteriormente llamada Selectividad no selecciona nada, porque el 94 por ciento la pasan, es evidente que ahí hay una mala concepción", ha asegurado dejando entrever, de esta forma, que también será objeto de reforma aunque sin precisar la manera en que la llevará cabo.
Y es que para José Ignacio Wert ha sido "letal" el criterio derivado de la "educación comprensiva" que considera "esencial" que el sistema educativo no "produzca segregación". Otra de las líneas rojas de Pérez Rubalcaba. "Al final la forma de no segregar es no medir y las consecuencias de no medir es que no existen aspiraciones de rendimiento", considera el ministro.
Y es que para Wert, decir que tenemos actualmente "la generación mejor preparada de la historia" en España "es una bobada, siendo verdad" porque lo importante no es estar más formados que nuestros antepasados sino "tan preparados como la mayor parte de con quienes tendrán que competir para encontrar un puesto de trabajo".