Las diferentes asambleas alrededor del 15M habían preparado un completo problema de actos para este domingo dentro de los días de celebración de su aniversario, pero está claro que si bien el movimiento puede tener cierta capacidad de convocatoria para manifestaciones, las asambleas que le darían parte del sentido que reclama no tienen el mismo éxito.
Cómo tampoco lo ha tenido la concentración convocada para la tarde en repulsa por el desalojo de los indignados que permanecían en Sol de madrugada: sólo unos cientos de personas se agrupaban alrededor de la estatua de Carlos III para protestar.
Por la Mañana: "Voy a Génova y os rebano el pescuezo"
La mayoría de las propuestas que los indignados hacían a la ciudadanía en la mañana de este domingo han pasado completamente desapercibidas y, en el mejor de los casos, sólo unas pocas docenas de personas participaban en los encuentros.
A esto se ha unido cierta desorganización que tampoco resulta muy sorprendente, pero que sí aportaba cierta desorientación. Por ejemplo, a las 12 de la mañana estaba previsto que se presentase al público el "Tribunal Ciudadano de Justicia", pero al llegar a Sol lo único que se encontraba era unos pocos indignados todavía organizándose, muchos periodistas y, sobre todo, gran cantidad de turistas que pasaban ante los carteles reivindicativos como quién mira un puesto del Rastro.
Lo que sí se ha producido alrededor de las 12 ha sido un momento de tensión entre un ciudadano que pasaba por Sol y se ha enfrentado a algunos de los indignados, recriminándoles el matiz político de las reivindicaciones.
El hombre, ya de cierta edad, les decía a dos señores también ya mayorcitos que los sindicatos "roban lo suyo" a lo que uno de ellos ha respondido "yo soy de UGT y no robo" para luego, visiblemente exaltado decir que él ya recibió palizas durante la dictadura pero que "si tocáis a mis hijos voy a Génova y os rebano a todos el pescuezo". En ese punto la discusión ha estado a punto de llegar a las manos.
Periodista de Canal Sur e indignada
Mientras los distintos actos previstos en Sol se estaban preparando lo más llamativo ha sido ver como una reportera de Canal Sur se acercaba a los organizadores interesándose por cómo podía colaborar con el movimiento "fuera de su trabajo".
Desde allí nos hemos trasladado a Callao donde se desarrollaba, en teoría, la Asamblea de Desempleados. Sin embargo y de forma sorprendente, en un país con cinco millones y medio de parados los indignados no habían logrado convocar a más de una docena de personas, que esperaban a la sombra visiblemente aburridos y entre el tráfico habitual de turistas y madrileños de la concurrida plaza.
Oración por el derecho al aborto
Sí que ha tenido algo más de éxito la convocatoria de la Asamblea de Feminismos y Transmaricabollo, que debatía ante una treintena de personas sobre el aborto. Allí se repartían estampitas con la "oración por el derecho al aborto" y se señalaba la injusticia insoportable de que las mujeres de Segovia tengan que viajar a Madrid para poder abortar.
Acto seguido una joven ha tomado la palabra para reclamar el aborto para las menores, dando entre otras razones que los jóvenes pueden "tener un contrato de trabajo, pero no abortar" y explicando que ésta es una "decisión íntima" que por lo tanto compete "únicamente a la mujer embarazada".
Además, según la joven, que se dirigía a la asamblea no sin cierta dificultad, "una imposición" como ser obligada a llevar un embarazo a su término "puede llegar a ser traumática para la joven, mucho más que una interrupción voluntaria en las primeras semanas".
Economía sin economistas
Nuestro siguiente paso ha sido volver a Sol donde ya se había iniciado la Asamblea de Economía, en la que miembros de las distintas asambleas sobre este tema de los distintos barrios se dirigían a los presentes, en este caso no más de cincuenta personas.
Varias afirmaciones nos han sorprendido allí, especialmente cuando ha tomado la palabra uno de estos portavoces para explicar que lo primero que habían hecho él y sus compañeros fue "aprender, porque no somos economistas".
Después ha explicado con cierta falta de respeto a sus vecinos que "somos de un barrio del sur en el que la gente se sabe la vida de Belén Esteban pero no sabe lo que paga de IVA e IRPF", eso es confianza en el pueblo.
También con el doctor Montes
Subiendo por la populosa calle Carretas hemos llegado a la plaza de Jacinto Benavente en la que se suponía que ya llevaba un rato desarrollándose el "tendedero de mentiras sociales", que pese a su atractivo nombre no había logrado reunir a más de cuatro o cinco personas que se limitaban a colgar de una cuerda unas enormes bragas en las que se leían eslóganes tan interesantes como: "¿Recortes? Ni en el vello público".
Desde allí, sólo unos pasos nos separaban de la plaza de Santa Ana, que era el punto de reunión de la Asamblea de Sanidad en la que conferenciaba, por así decirlo, un experto en cierto tipo de tratamientos: el doctor Montes (qué boda sin la tía Juana, se podría decir) que hablaba de eutanasia, al parecer la mayor preocupación en el ámbito sanitario de los indignados.
Nuestro recorrido ha terminado en Sol donde se estaba instalando un toldo junto a la estatua de Carlos III para el punto de información en el que se aprestaba a informar un grupo con un aspecto muy en la línea más tradicional de la acampada indignada. Eso sí, en cuanto dicho toldo colgaba de dos farolas la policía municipal se ha acercado para solicitar su retirada, algo que, tras la preceptiva mini – asamblea, éstos han llevado a cabo sin mayores incidentes.
Lo más decepcionante de la mañana ha sido la imposibilidad de encontrar a las "Zorras Mutantes", que se suponía debían reunirse a las 14 horas pero a las que no hemos podido localizar. Probablemente habrán celebrado "asambleas unipersonales" con lo que pasaban mucho más desapercibidas.
Por la tarde: "¡Menos policía y más poesía!"
Pese al fracaso de la concentración durante la tarde sí había algo más de actividad indignada en Sol, sin que en ningún caso se reuniesen más que unos cientos de personas, muchos de ellos curiosos que pasaban por allí y disfrutaban del show como si de un espectáculo teatral se tratase.
Algo tenía de ello una especie de festival poético – cómico que se celebraba en las cercanías de la calle Preciados y en el que distintas personas iban leyendo poemas que pretendían, en la mayor parte de las ocasiones sin lograrlo, estar llenos de humor.
Así, por ejemplo, entre un torrente de palabras sin demasiado sentido uno de los oradores decía frases como "los reyes son los padres en un pesadilla tecnológica financiada con gominolas por la CIA el Mossad, BP y el gato de Esperanza Aguirre" entre el regocijo de casi todos los presentes, que gritaban eslóganes como "¡menos policía y más poesía!" o "la poesía no se desaloja".
De los chemtrails a Eurovegas
La Asamblea de Economía continuaba su actividad por la tarde dando espacio a todo aquel que quisiera contar algo a los presentes. Eso ha supuesto que algunas de las cosas que se han escuchado resultasen estrafalarias incluso para el 15M, como la intervención de un joven de origen sudamericano que alertaba al mismo tiempo sobre el peligro del sionismo y los chemtrails, tras lo cual ha sido invitado a abandonar la tribuna.
Curiosamente, el mismo joven ha intervenido poco después en el "espacio poético" donde ha logrado un éxito clamoroso.
Otra de las charlas ha sido para protestar, como no, contra Eurovegas y los peligros que el proyecto nos supone, con afirmaciones tan llamativas como miles de millones de inversión se avalarán con los 25 que se van a pedir al Banco Europeo de Inversiones.
Una tercera oradora ha obsequiado a los presentes con una perorata ecologista en la más rancia tradición maltusiana en la que ha incluido afirmaciones tan contundentes como que "el capitalismo vive de espaldas a que nuestros cuerpos son vulnerables".
La estampa se completaba con personajes del más diverso pelaje, como el joven que reclamaba, con cara de no haber cogido una azada en su vida, "excavadoras para romper el asfalto y a plantar huertos"; la chica que vendía "chupa chups de marihuana" y calcetines; diversas versiones de la careta de Anonymous; o unos ecologistas que iban disfrazados de limpiadores de chapapote.
Y, como en la mañana, de nuevo la decepción de no encontrar ni rastro de las Zorras Mutantes, más tímidas de lo que su nombre podría hacernos pensar.