Como en tantos otros campos, la caída del gobierno de Zapatero también ha servido para que cayese el telón de mentiras que cubría una corporación televisiva de cuya presunta imparcialidad presumían los socialistas como de uno de los grandes logros de su etapa.
Pero la realidad que ha quedado a la vista de todos es la de una corporación con gravísimos problemas, sin un presidente que pueda ejercer de tal, que cuesta 1.200 millones al año (en teoría 1.000 después del primer recorte presupuestario) y que, por supuesto, no cumple con sus funciones como servicio público.
La herencia de Zapatero: una ley nefasta
Y es que la herencia de Zapatero es una RTVE que resulta poco menos que imposible gestionar: la Ley que rige el funcionamiento de la corporación (PDF), publicada en junio de 2006, ha demostrado unas carencias que están poniendo en riesgo el día a día de un grupo que tiene 6.500 trabajadores.
La Ley está suponiendo varios grandes problemas en estos momentos. El primero, que en ella no se prevé un mecanismo natural de sustitución del presidente de la corporación si éste dimite. Así, desde que Oliart dejó el cargo en el pasado mes de julio la presidencia es rotatoria entre los diferentes medios del Consejo, que pasan un mes en el cargo y, como es lógico, no pueden tomar decisiones ejecutivas.
Además, los socialistas se aseguraron poder bloquear el nombramiento del presidente de la Corporación: ahora es necesaria una mayoría de dos tercios del parlamento para que cualquier candidato pueda acceder al cargo, lo que conociendo las maneras "democráticas" del PSOE pasa por la imposición de alguien que consideren como su candidato.
De hecho, tal y como recalca el portavoz del Partido Popular en la Comisión de Control de RTVE, Ramón Moreno Bustos, en conversación con este diario, el PSOE debería demostrar responsabilidad "como la demostramos nosotros con los nombramientos de Luis Fernández y Oliart".
¿Financiación ilegal?
Otro gran problema que podría estallar en las próximas semanas es el sistema de financiación, que está denunciado ante el Tribunal de Luxemburgo, cuyo fallo se espera en un plazo bastante breve.
La denuncia se ha producido porque la norma obliga no sólo a las televisiones privadas sino también a las empresas de telecomunicaciones a financiar la televisión pública. Al ser empresas de otro sector esto incumpliría la legislación europea.
Si tal y como se prevé la instancia europea falla en contra del modelo creado por Zapatero esto podría suponer no sólo desmontar la ley que se aprobó en agosto de 2009, sino que se tuviese que devolver el dinero que estas compañías han aportado en los últimos ejercicios.
La cifra total es impresionante: según datos ofrecidos por la Asociación Española de Operadores de Telecomunicaciones, Redtel, la cantidad con la que financian la televisión pública se eleva a los 600 millones de euros al año, esto supone el 50% de los ingresos de la Corporación, y un porcentaje todavía más alto después del recorte anunciado por el Gobierno.
Se trata, además, de un dinero a cambio de nada, ya que como recuerda un portavoz la asociación, "el sector en ningún modo se ha visto, ni se verá, beneficiado por la eliminación de la publicidad en la televisión pública".
Desde Redtel aseguran que esta tasa "daña seriamente los planes de inversión y empleo del sector, especialmente en el contexto actual de crisis económica". Todo a cambio de... una televisión pública que ha caído en el caos.
Las privadas también reclaman un cambio
Como decimos, las televisiones comerciales también tienen que sufragar con parte de sus ingresos a RTVE. Preguntamos sobre ello a José Manuel Contreras, máximo responsable de La Sexta y en estos momentos presidente de la asociación que las agrupa y representa, UTECA, que nos cuenta que la tasa, un 3% sobre sus ingresos brutos, está suponiendo para el sector unos 60 millones de euros al año.
Sin embargo, las televisiones privadas no son excesivamente críticas con la Ley de Financiación de RTVE: "UTECA nunca se ha manifestado contra la tasa del 3%. Forma parte del marco legal, la aceptamos y la pagamos". Lo cierto es que el modelo se pactó con ellas, que probablemente esperaban poder beneficiarse de la renuncia de la televisión pública a la publicidad, algo que no está claro del todo que haya ocurrido en el actual contexto de crisis.
Por último, lo que sí tienen claro las televisiones privadas es que RTVE debe cambiar: "La televisión pública tiene un problema: se ha trasformado su modelo de financiación, pero no se ha abordado la reforma de su modelo de programación. Desde UTECA entendemos que no debe ser un competidor con el sector privado en la contratación publicitaria, pero tampoco en la adquisición de derechos de emisión por encima de los precios del mercado", nos dice Contreras en referencia a los derechos de grandes acontecimientos deportivos y de producciones norteamericanas de ficción.
Los trabajadores, hasta el gorro
Los propios trabajadores de la corporación vienen sufriendo, y en no pocos casos denunciando, una gestión que no dudan en calificar como "nefasta", al menos en los últimos tiempos.
Para conocer su opinión hablamos con Esteban Mayoral, representante de uno de los sindicatos de RTVE, Alternativa-APLI. Nuestro interlocutor habla de una situación "muy complicada" y señala como principal problema actual o, al menos como el más urgente, la profunda "crisis institucional" que vive la Corporación desde la dimisión de Oliart.
"No se pueden tomar decisiones – nos dice – y pasan cosas que no pasarían en ninguna empresa", remacha. Y es que en estos momentos, tal y como recuerda Mayoral, "el Consejo de Administración no puede cesar a los directivos", que por lo tanto "no responden ante nadie".
Por supuesto, los problema nacen en gran parte de las lagunas de la ley, por lo que los trabajadores de RTVE piden "una reforma legislativa" que solucione los problemas del modelo actual, pues éste "quedó cojo al cambiarse el modo de financiación, en este momento somos una sociedad mercantil sin actividad mercantil".
En definitiva, el representante de Alternativa-APLI cree que "los últimos años han tenido más sombras que luces: por ejemplo, la valoración de los espectadores ha subido al quitar la publicidad pero ha sido la época en la que más se ha externalizado". Además, "los últimos años han sido muy malos y desde la dimisión de Oliart llevamos una temporada nefasta".
El escándalo de los informativos
Una de las consecuencias, y sin duda la guinda de todo este panorama, es la situación de los servicios informativos, que tras años de apoyar de forma más o menos disimulada al gobierno socialista han pasado a situarse de modo desaforado... al lado de la oposición.
El posicionamiento es obvio sólo con ver un informativo de TVE, pero además se puede demostrar también con datos. De hecho, en las últimas semanas ha habido dos acontecimientos que sirven perfectamente para calibrar cómo se está ofreciendo la información a los espectadores de la televisión pública: los congresos de los dos grandes partidos nacionales celebrados en Sevilla con quince días de diferencia.
Según el cálculo realizado por el equipo del PP el congreso del partido del Gobierno ocupó 56 minutos en los telediarios de TVE en los cinco días, de jueves a lunes, en los que se informó sobre ellos. En el caso del cónclave de los socialistas, el espacio ocupado se alargó a más de 80 minutos.
Es evidente que en esta ocasión el PSOE, con su enfrentamiento entre Chacón y Rubalcaba, tenía más morbo informativo, pero tampoco hay que olvidar que los populares son el partido recién llegado al gobierno y que era más que probable que, como finalmente ocurrió, se adelantasen medidas del ejecutivo.
Sea como sea, lo que resulta inexplicable es que la diferencia entre unos y otros sea de cerca de un 50%. Además, sistemáticamente la información referente al congreso del PSOE apareció bastante antes que la de los populares: así ocurrió en siete de los diez telediarios analizados, mientras que sólo en uno pasaba lo contrario.
Y todo esto sin contar el despliegue en otros ámbitos: los socialistas contaron con un reportaje de 22 minutos en Informe Semanal y con un total de seis impresionantes horas de emisión en directo del congreso socialista en el canal 24h, con un tratamiento mucho más favorable e incluso tertulias montadas ex profeso.
Las quejas de los populares son cada vez más frecuentes mientras la parcialidad de los informativos crece a ojos vista. El popular Ramón Moreno Bustos ya ha denunciado algunos casos concretos de los que se ha hecho eco Libertad Digital, el último la pasada semana y de una grosería impresionante: en una información sobre las elecciones asturianas se dio voz a los cabezas de lista de PSOE y Foro Asturias... pero no a la candidata popular, Mercedes Fernández.
El Consejo de Informativos de RTVE emitió también una nota para defender su "imparcialidad", pero lo cierto es que en la misma no se rebaten los datos aportados por los populares.
Ramón Moreno, en cualquier caso, quiere dejar bien claro que el problema no son los trabajadores de la Corporación: "No voy a culpar a ningún trabajador, el responsable es el jefe de informativos, el responsable es quien tiene la obligación de vigilar y consiente que ocurra esto".
En definitiva, otro de los grandes "logros" de Zapatero se ha quedado... en un modelo que hace aguas por todos los flancos.