El cuadro forma parte de una serie de pinturas clásicas de Paul Cézanne. Es el penúltimo de la serie de cinco piezas que Cezanne pintó entre 1890 y 1894 y que, en su conjunto, son conocidos como Los jugadores de cartas.
La venta supone un nuevo récord en el mundo del arte y convierte al cuadro en el más caro de la historia. Aunque el acuerdo se hizo público la semana pasada, la venta tuvo lugar en secreto durante 2011 y supone la adquisición de una obra clave en la colección de la familia real qatarí.
Pero la compra no estaría sólo relacionada con el mundo del arte; según Vanity Fair, forma parte de la estrategia de Qatar de convertirse en un centro de referencia intelectual.
Los jugadores de cartas estuvo mucho tiempo en manos de un magnate griego, que solo aceptó ofertas por el cuadro poco antes de su muerte, incluyendo alguna más que jugosa de importantes marchantes de arte que rondaba los 220 millones de dólares (más de 168 millones de euros).
Pero Qatar se lanzó sobre la obra ofreciendo 250 millones de dólares y pulverizando, así, el récord anterior de 81,9 millones de euros abonados por un retrato de Picasso el año pasado.