La ola de frío polar continental que afectará a partir de este jueves a España se produce aproximadamente una vez cada siete u ocho años y, de hecho, "esta podría ser de las cuatro más frías desde 1950", según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
Así, el portavoz de la AEMET, Ángel Rivera, ha explicado a Europa Press que esta situación "no es desconocida en invierno", pero ha añadido que, en este caso, además de las bajas temperaturas, la sensación térmica será de "aún más frío" debido a los vientos del nordeste de entre 30 y 40 kilómetros por hora y de hasta 70 u 80 kilómetros por hora en el cuadrante nordeste y Baleares.
En este contexto, ha precisado que el temporal consiste en un anticiclón que se extiende por el norte de Europa con un eje inclinado nordeste-suroeste y que lleva una borrasca fría al sur en torno al Mediterráneo y sur de Europa. Esto implicará una descarga de viento del nordeste que arrastra masas de aire que proceden de Rusia o el interior de Europa y, a veces, de la propia Siberia.
Según ha indicado, ese es el motivo por el que se conocen como "olas siberianas", aunque ha detallado que su nombre técnico es "aire polar continental", el cual se distingue del aire polar marítimo en que el segundo es menos frío y más húmedo, mientras que éste es más frío y de carácter seco. "Esta tipo de masas de aire son las que más frío pueden traer a España", ha apuntado.
En este contexto, el portavoz de la AEMET ha apuntado que el inicio de esta ola viene precedido asimismo de una descarga de aire frío que recorrerá la Península "desde este jueves a mediodía, de nordeste a suroeste" y que, a su paso, dejará precipitaciones de lluvia y, sobre todo, de nieve a partir de 400 o 500 metros de altura, aunque salvo en las cordilleras, las nieves no serán "muy importantes".
Más nieve en África que en España
Rivera ha advertido que a lo largo de este jueves esta masa de aire frío cubrirá toda España e incluso rebasará la Península y llegará al norte de África, donde destacará por las temperaturas mínimas en el norte de Argelia, Túnez o Libia que serán "significativas" y donde la nieve hará presencia, "de hecho de forma más destacable que en España".
En cuanto a la duración de la situación, el portavoz de la AEMET considera que se prolongará el jueves, el viernes y el sábado y que comenzará a disminuir el domingo.
Así, ha adelantado que en España tendremos una corriente de vientos fuertes de unos 30 a 40 kilómetros por hora, que en la zona de Cataluña, Baleares y Aragón, la tramontana y el cierzo podrían llegar hasta los 70 u 80 kilómetros por hora.
De este modo, ha dicho que se espera que las temperaturas máximas sean "muy bajas" y que se queden entre los 0 y los cinco grados centígrados en buena parte de la península. Incluso en muchos sitios de Castilla y León, Navarra y el norte peninsular las máximas rondarán los cero grados.
En cuanto a las mínimas, prevé que los termómetros no suban de los -5 a -10 grados centígrados en la mayor parte de España, que lleguen a -14 grados centígrados en zonas de montaña e incluso hasta -20 grados centígrados en alta montaña. "Sin embargo, la sensación térmica será todavía más fría, debido a las fuertes rachas de viento polar", ha subrayado.
En cuanto a las precipitaciones, ha avisado que donde más nevará será en la costa de Cataluña, en la costa del País Vasco y unos kilómetros hacia el interior y, sobre todo serán más importantes en Baleares, donde las precipitaciones serán sobre los 200 metros e incluso podría nevar en la costa.
A partir del domingo, esta situación comenzará a disminuir por la mitad occidental peninsular, aunque la tendencia general apunta a que la situación aminore su virulencia y que las temperaturas empiecen a subir a partir del lunes en la mitad oeste peninsular. En cuanto a la mitad este y Baleares, la situación se prolongará hasta el martes. La estabilización o normalización en todas las zonas no llegará hasta el miércoles.
En general, las zonas más frías serán las situadas al norte de una línea imaginaria desde La Coruña a Almería.
Antecedentes
Esta masa de aire es "bastante más fría que en otras ocasiones", ya que esta situación afecta a España una vez cada siete u ocho años. En lo que va del siglo XXI se conocen dos situaciones similares, en diciembre de 2001 y en enero de 2005, aunque "esta las podría igualar o incluso superar".
Por otro lado, desde los años 50 del siglo pasado esta situación se ha producido en unas siete u ocho ocasiones, la mayoría de ellas en las décadas de los 50, 60 y comienzos de los 70 y menos en los 80 y 90. La de esta ocasión se podría situar entre las cuatro más fuertes desde 1950. Es una situación bastante intensa, de bastante frío y no estamos acostumbrados a este tipo de entradas tan severas.
La ola de frío "paradigmática" de este tipo se remonta a 1956, cuando España estuvo afectada del 1 al 20 de febrero y provocó graves daños a la agricultura y la industria. "Aquello fue un hito en la historia de España", ha concluido.