El líder del PP dio las líneas generales de su programa este domingo y es, con permiso de Blanco, el protagonista absoluto de la prensa. Hay entusiasmo en La Razón –"objetivo: recuperar España"- y ABC, que afirma en su editorial que sentará las "bases para salir de la crisis". En el diario de Vocento, no obstante, apuntan que hay "materias que requieren de mayor concreción". Y eso, precisamente, ha dejado a otros diarios pista libre para interpretar las intenciones del líder de los populares. El País sentencia en portada que lo que ha prometido Rajoy es "salarios más bajos". En el interior aclaran de dónde han sacado tan inquietante titular: dicen que eso ocurrirá si se da prevalencia a los "convenios y acuerdos de empresa". "Aunque no se explique así, da paso a una gran bajada de sueldos en varios sectores", aclaran. Por el mismo lado, aunque sin llegar a tanto, van en Público. Lamentan la bajada de impuestos a las rentas altas y hacen cábalas sobre lo que ocurrirá a partir de las elecciones. Ignacio Escolar no sabe "con qué dinero piensa Rajoy pagar esas rebajas fiscales que ha prometido". Jesús Maraña está impaciente por conocer los "disgustos" que nos dará el PP a partir del 20-N. Y Juan José Téllez está ansioso: "Qué ganas tenemos de que gobierne Rajoy (...) Nos encantará verle en apuros cuando tenga que hacer frente a los casi cinco millones de parados".
Unas ganas más auténticas son las que destila la columna de Fernando Sánchez Dragó en El Mundo. El periodista vislumbra ya el "monumental batacazo" que se van a dar los socialistas y la posibilidad, que no termina de creerse, de que "el PSOE haga definitivo mutis". "No es una utopía, sucedió en Italia, y podría suceder en España", dice ilusionado Dragó, que le hace una súplica a Rajoy: "Sea usted duro, haga flexiones, baile en el ring, noquéelo"...
La petición que le hacen desde El País es radicalmente opuesta. En su editorial hablan otra vez de las negras perspectivas de la economía española y cuelan un consejillo a Rajoy ahora que está a punto de tocar poder. En su opinión, el PP debería hacer borrón y cuenta nueva y olvidarse de quién ocupaba la silla unos días antes: "Al próximo gobierno no le conviene excederse en los trucos contables. Ni agotar la paciencia de ciudadanos y mercados con la cantilena de la herencia recibida, porque la pérdida de credibilidad que se derive de ellos no se disolverá fácilmente".
Ante el otoño que nos espera, otros columnistas hacen sugerencias para capear la crisis. Ignacio Camacho pide en ABC, y en pleno puente de Todos los Santos, que los españoles erradiquen los acueductos del calendario. Tras recordar que "la España laica del zapaterismo no ha cuestionado las fiestas religiosas y patronales", dice que "el ocio se ha vuelto sospechoso en un país donde todos los lunes son fiesta para cinco millones de ciudadanos". Medidas más drásticas pide Almudena Grandes, indignada con los últimos lamentos de la banca tras el varapalo a España de la última cumbre de la UE. "Siento nostalgia de la espada de Alejandro", dice tras recordar la historia del nudo gordiano. No entiende cómo "el Estado no tiene mecanismos para detener esta sangría indecente", en alusión al crédito seco de las entidades. Termina encomendándose al 15-M.
Otro asunto destacado de este lunes es el de ETA, con muy distintos enfoques. Casi todos los diarios subrayan las promesas de Rajoy en este asunto mientras El País sigue hablando de posibles beneficios a los presos arrepentidos con una entrevista a un juez de vigilancia penitenciaria. La mayoría de los ciudadanos, sin embargo, está en contra y así lo dejan claro en una encuesta en El Mundo, que revela que el 91% está en contra de reducciones de condena a terroristas con delitos de sangre. Federico Jiménez Losantos recuerda que así opinan también las víctimas, que se manifestaron el pasado sábado contra la impunidad: dice el periodista que el relato de los atentados por parte de quienes los sufrieron "fue el tributo más emocionante que se ha rendido nunca a las víctimas del terrorismo". Y recuerda que ni los políticos, ni muchos medios, quisieron acercarse a escucharlo.
Terminamos con el último capítulo del escándalo que sigue salpicando a José Blanco en la antesala de las generales. El Mundo lleva a su portada que el primo de Blanco recibió 200.000 euros de Dorribo en la famosa gasolinera como pago para subirse al coche oficial del ministro y poder pedirle favores, según el testimonio del empresario. En el editorial no dan crédito: "La narración de estos hechos pone los pelos de punta a cualquier persona con un mínimo de sensibilidad moral", dice el diario, comparando la historia a la serie Los Soprano o "a alguna película de los hermanos Coen en las que se mezclan lo esperpéntico con lo mafioso". Siguen pidiendo su dimisión o su cese aunque, parece, con pocas esperanzas.